19 abr. 2024

“Era insostenible llegar casi al noveno mes y no tener presupuesto en Itaipú”

James Spalding es un experto en varias áreas, y analiza en esta ocasión las implicancias del acuerdo por la tarifa 2022 en Itaipú. Admitió que las negociaciones generaron un desgaste, aunque hubo consenso.

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Preparado. James Spalding cuida sus palabras y se ciñe al aspecto técnico y económico al hablar del presupuesto de la Itaipú Binacional

  • Adrián Cáceres
  • adrian-caceres@uhora.com.py

James Spalding se formó en EEUU. Con una maestría en Desarrollo Económico por la Universidad de Rutgers, Nueva Jersey, licenciatura en Economía (honores: Cum Laude) por la Universidad de Massachusetts, y con doctorado en Letras Humanas, Honoris Causa (conferido por la Junta Directiva de Lackawanna College, Scranton Pennsylvania). Ocupó varios cargos en la Administración pública: fue director paraguayo de la Itaipú Binacional, ministro de Hacienda, embajador en EEUU, viceministro de Economía e Integración, presidente de Petropar, entre otros. Conocedor de las relaciones bilaterales en la mayor productora de energía eléctrica del mundo, habla del acuerdo entre Paraguay y Brasil por la tarifa 2022.

–¿Qué piensa del acuerdo por la tarifa en Itaipú?

–Creo que esto fue una larga negociación. Realmente estar entrando al noveno mes del año sin haber tenido una tarifa definida de parte de la Itaipú y, por ende, no tener un presupuesto era una situación cada vez más insostenible. Todos recordamos que a fines del año pasado, e inicios de este, cuando la Aneel, que es la que fija la tarifa en el Brasil, anunció que la tarifa de repase a las distribuidoras iba a ser USD 18,95 kW/mes, eso fue un mensaje bastante fuerte del lado brasileño no habiendo acuerdo. Entonces, creo que si bien es cierto que se podría haber logrado mantener la tarifa en USD 22,60 kW/mes, que representaba un flujo muy interesante para el Paraguay, claramente Brasil no estaba dispuesto a acordar eso. Y por el otro extremo, ellos querían que se aplique a rajatabla el Anexo C, donde se establece taxativamente que la tarifa es el resultado del costo y, en ese sentido, al reducirse en USD 600 millones los egresos, debido a que el pago de la amortización de la deuda está finalizando (...), en Brasil la postura era llevar al nuevo costo, a USD 18,95 kW/mes.

–¿Así el acuerdo se valora?

–Entonces, este acuerdo, finalmente de llegar a mitad de camino, creo que es un resultado diplomático en donde ambos países pudieron en parte satisfacer sus expectativas. En el caso del Paraguay, como la ANDE hasta ahora y en el futuro próximo todavía no va a estar contratando la totalidad de su mitad, la que le corresponde al Paraguay, por no tener demanda suficiente aún, vemos que lo que aporta en el pago de esa tarifa es menor a lo que recibe nuestro país por estos nuevos gastos o inversiones previstos. También me parece muy bien que esos recursos nuevos vayan a la ANDE para fortalecer el sistema y la red eléctrica del Paraguay.

–¿El acuerdo final beneficia a Paraguay o no?

–Creo que no es todo lo que se hubiera querido, pero no debemos olvidar que Itaipú es una empresa binacional, tenemos que acordar permanentemente con nuestros socios, que en este caso es Brasil, las condiciones presupuestarias y todo lo demás. Entonces, Brasil también tiene sus propios intereses, por lo que llegar a este acuerdo permite también estabilizar el flujo de la Itaipú, garantizar que todos los egresos se vayan dando. Yo entiendo que esta aplicación de la tarifa de USD 20,75 kW/mes es retroactiva; es decir, la ANDE también tendrá un saldo a favor digamos por haber pagado ochos meses a USD 22,60 kW/mes. Nuevamente en cualquier negociación uno tiene que tomar en cuenta las necesidades de la otra parte, y se llegó a un acuerdo equilibrado.

–¿Y ahora qué sigue?

–A partir de este mes coincidentemente es cuando Itaipú empieza a mirar técnicamente el 2023, la tarifa del año que viene, y posteriormente la revisión del Anexo C. Esta no fue una negociación del Anexo C, eso Brasil ha dejado en claro en varias oportunidades, que no estaba todavía en condiciones de conversar sobre el tema. Fue un proceso que se hace todos los años, la prioridad es un acuerdo, y finalmente llevó casi dos tercios de año (alcanzarlo).

–¿Qué implica el acuerdo hacia la revisión del Anexo C?

–Tendremos que ver justamente con qué intención viene el Brasil. No debemos olvidar que ellos tienen elecciones a fines de este año, próximamente. Veremos qué postura se trae en ese momento. Yo he dicho siempre que al Paraguay le conviene mantener la tarifa de USD 22,60 kW/mes, teniendo en cuenta que ese espacio que se genera sería un fondo para el desarrollo económico-social del Paraguay, muy importante, pero al mismo tiempo sabemos cuál es la postura del Brasil. He visto también que hay grupos de trabajo, de expertos que han venido trabajando estos años, y ellos mismos hablaban de tres escenarios: Mantener la tarifa, una tarifa intermedia y una tarifa igual a costo. Las opciones están sobre la mesa.

–¿Qué debe pretender Paraguay en la tarifa 2023?

–A ver qué postura trae nuestro socio. Uno ve las cifras, al ser (la tarifa) USD 20,75 kW/mes, se crea un espacio de USD 300 millones más o menos, que Itaipú no tenía, que se destinaban a pago de deuda. Hubieran sido USD 600 millones en total de mantenerse la tarifa. Entonces, lo que Paraguay aporta en pago es menor a lo que recibe; es decir, la ANDE en este caso sale con recursos a favor, y es algo que se tendrá que seguir conversando con el Brasil con miras al 2023, en tratar de mantener algo similar (...). Es una negociación, y creo que a lo largo de este año se han visto las dificultades y el desgaste inclusive en la relación (Paraguay-Brasil) por no llegar a un acuerdo.

–¿Existen realmente trabajos para la mentada soberanía energética?

–Creo que específicamente esa inversión en Yguazú (subestación que se habilitará a fin de año) es una inversión muy importante. Es lo que permite en esa zona contar con la posibilidad de retirar toda la energía paraguaya. Habrá que fortalecer el resto de la red eléctrica, para así ir transmitiendo al resto del país. Creo que esa línea en 500 kV de Yacyretá, que comenzó en el periodo anterior y se completó ahora, y la eventual interconexión de la subestación de Villa Hayes, también es positivo. La ANDE tiene un Plan Maestro. En el 2016 (...) tuvo su primera Política Energética Nacional 2040, es decir, se sabe lo que necesitamos hacer. Viéndolo desde el sector privado, (con) una empresa interesada en el uso de la energía verde del Paraguay, vemos con muy buenos ojos las condiciones competitivas para invertir en Paraguay (...).

–¿Aunque Paraguay debe pensar en nuevas fuentes de generación?

–Totalmente. Yo recuerdo y todavía tenemos frescos en la memoria cuándo comenzó Itaipú, lo que significa Itaipú, es la segunda represa más grande del mundo, si bien es cierto hoy con la baja afluencia del río Paraná la generación está bastante limitada. Vemos que este año nuevamente quizá ni se llegue a la energía garantizada de 75 millones de megawatts/hora (...). Tenemos que tomar en cuenta escenarios posibles en el futuro de afluencia de agua similar a estos últimos años. Y eso cambia totalmente la película. O sea, cuando uno habla del 2035 como año donde se podía llegar a tener problemas de potencia en los meses de verano, con la generación actual eso se trae más hacia acá. Afortunadamente, existen alternativas (...). La ANDE y todos tenemos que estar pensando de forma anticipada.

Estar entrando al noveno mes del año sin haber tenido una tarifa definida de parte de la Itaipú y, por ende, no tener un presupuesto, era una situación cada vez más insostenible.

Lo que Paraguay aporta en pago (a Itaipú) es menor a lo que recibe. La ANDE sale con recursos a favor, y es algo que se tendrá que seguir (...), tratar de mantener algo similar.

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