Hasta el momento al menos en el historial del Senado solamente se han dado tres suspensiones a senadores y un solo caso de pérdida de investidura.
La polémica por las sanciones se desató luego de que Paraguayo Cubas haya protagonizado una serie de incidentes, y no podrá ocupar su banca hasta junio próximo.
El primer caso de suspensión por 60 días sin goce de dieta, que es lo que establece el reglamento interno de la Cámara Alta, se había dado con Juan Carlos Galaverna, quien cumple 30 años ocupando una banca en el Parlamento.
El senador había admitido abiertamente que participó del fraude electoral en las internas de la ANR, favoreciendo a Juan Carlos Wasmosy, quien pugnaba con Luis María Argaña por la presidencia de la República para 1998.
Otro senador suspendido fue el actual titular del Congreso, Silvio Ovelar, también en unas elecciones en las que se le filmó comprando cédulas a los liberales.
En ambos casos, las bancas fueron ocupadas por sus respectivos suplentes.
En cuanto a Cubas, se caracteriza por enfrentar a sus pares y utilizar todo tipo de improperios, actitud que casi ya le costó una sanción.
Protagonizó varios incidentes tanto en comisiones como en la sala de sesiones del Senado, y lo último fue su comportamiento violento durante una reunión sobre ascensos policiales.
Posteriormente, en la siguiente sesión en la que ya se estaba tratando nuevamente su pedido de sanción, volvió a confrontar con sus colegas y le tiró agua a Galaverna.
Tras su sanción, se generó otra crisis en el Senado por el suplente para su banca.
El día de la convocatoria a extraordinaria, la semana pasada, en la que se pretendía imponer al cartista Arnaldo Franco en su lugar, se dio otro hecho bochornoso.
Esa vez los que casi llegan a los golpes en medio de un cruce de acusaciones a los gritos fueron los liberales Dionisio Amarilla y Enrique Buzarquis.
Ahora ambos están en la mira y mañana, en reunión de mesa directiva, estarían analizando si corresponde que ambos sean sancionados.
FUERA DEL SENADO. En cuanto a la pérdida de investidura, se dio un solo caso, con el ex senador cartista Óscar González Daher, por tráfico de influencia. De hecho, el mismo sigue preso en Viñas Cué.
Jorge Oviedo Matto, del Unace, también estuvo salpicado por la misma denuncia, pero rogó a sus colegas que le acepten su renuncia.
Ambos volvieron a ser reelectos en las elecciones presidenciales pasadas, pero nuevamente, gracias a la presión, tuvieron que dar un paso al costado, y se quedaron sin bancas y sin fueros.