Los restos momificados se encontraron el 27 de enero en Songinokhairkhan, provincia de Mongolia, envueltos en pieles de ganado vacuno. Aparentemente, la momia fue encontrada por un hombre en una cueva ubicada en la región de Kobdsk y la ocultaba en su casa mientras buscaba venderla en el mercado negro.
Lo que sorprende a las autoridades es que el monje se pudo conservar en posición de loto durante unos 200 años, según informó el portal abc.es. Supuestamente, se trataría de un maestro del Lama de tradición tibetana que nació en 1852 y que también murió en esta compleja postura.
Fue enterrado en 1927 y, cuando fue exhumado en 1973, hallaron el cuerpo momificado en esa posición.
Sin embargo, el médico del Dalai Lama, Barri Kerzin, también monje budista, aseguró que la momia “no está muerta”. Para Kerzin, el monje se “encuentra en un estado de meditación muy profundo”. Un complejo estado espiritual, conocido como “tukdam”, donde uno puede llegar a convertirse en un Buda.
Kerzin explicó que, si la persona es capaz de permanecer en ese estado durante más de tres semanas, el cuerpo se reduce poco a poco y lo que queda de la persona es el cabello, las uñas y la ropa. En un momento dado pueden ver un arcoíris, lo que significa que “se encontró un cuerpo de arcoíris”. “Este es el estado más cercano al de Buda”, manifestó.