04 ago. 2025

En Brasil convierten en realidad los sueños de pacientes graves

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Cine. Jaques Zveiter (c), enfermo crónico, asiste a una película de un musical como parte de un deseo.

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Un reencuentro con una hija que vive en Camerún, una fiesta de cumpleaños o un paseo en moto por las playas de Río de Janeiro son algunos de los sueños hechos realidad para pacientes crónicos con enfermedades graves en Brasil, gracias a la labor de una institución filantrópica.

Con apenas ocho años de existencia, el Instituto Rope ya ha cumplido 200 sueños de personas con graves enfermedades, algunos de los cuales están en una condición terminal.

Desde los más simples hasta los más complejos, la idea es llevar felicidad a estos pacientes mediante la realización de un deseo que quieran cumplir.

Algunos sueños pueden cumplirse literalmente al pie de la letra y otros se apoyan en las nuevas tecnologías, como ocurrió con el de Sheila Gomes, una mujer que a sus 50 años permanece postrada en una cama de hospital porque sufre esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

Su deseo era sentir la adrenalina y la emoción de conducir una moto Harley Davidson, pero como no puede salir del hospital, se grabaron imágenes de un paseo por las playas y varios sitios icónicos de Río para que pudiera observar y vivir esa experiencia a través de unas gafas de realidad virtual.

Otros son más sencillos, como la fiesta inspirada en la película Valiente (Brave), de Disney, que quería una pequeña de 13 años que nunca había podido festejar un cumpleaños de ese estilo.

Aunque no pudo probar ni un centímetro de tarta, pues se alimenta a través de una sonda, ya que es tetrapléjica debido a una atrofia muscular espinal, disfrutó cada segundo de la celebración con su familia.

Todos los sueños son posibles por el apoyo de personas que se unen voluntariamente, mediante acciones o con dinero, para sacarle una sonrisa a quien padece una enfermedad grave.

Según Roberto Palmeira, director del Instituto Rope, son muchos los casos de pacientes que recurren a hacer realidad sus sueños para superar momentos dolorosos y difíciles.

“Son acciones que dan mucha alegría, momentos únicos en los que hay mucha felicidad, porque las personas logran cosas que no imaginaban”, dijo.

A veces, sin embargo, esa sonrisa puede ser la última. Frederico Silva falleció poco después de visitar por primera vez en su vida el Jardín Botánico de Río de Janeiro, un paraíso inexplorado para este joven, cuya inspiración eran las plantas y la naturaleza.

A sus 26 años, y pese a padecer un tipo de leucemia, Silva no dudó en casarse días después de su visita al Jardín Botánico, pues tenía la ilusión de superar la dolencia después de un trasplante de médula, pero su cuerpo no logró adaptarse y lo rechazó causándole la muerte.

El Instituto Rope de Brasil hace parte de la red de entidades denominadas Ambulancias del deseo, que existen en 19 países del mundo y están inspirados en un mismo objetivo: propagar una ola de amor, cuidado, compasión, alegría y sonrisas.

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Adiós. Murió poco después de visitar el Jardín Botánico.

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