09 ago. 2025

“Ella es un milagro y va a llegar a lo que quiera cada día de la vida”

El sonido de la Fuerza. Tais disfruta cada día de la música, del sonido de la lluvia cuando cae y de las olas del mar cuando le toca viajar. Tais nació sorda pero ahora puede escuchar.

Contar con el sentido de la audición es posible con el implante coclear que lleva desde que era niña.

Pero llegar a la situación en la que está ahora, estudiando Veterinaria, trabajando, haciendo una vida prácticamente normal, no fue fácil.

En el camino ella, acompañada principalmente de su madre, tuvieron que pasar por largas horas de visitas a especialistas, sobre todo cuando era pequeña. Se sumaban las actividades para costear el implante y el cuidado permanente que se mantiene y que seguirá siempre.

Para las personas que están en la situación que ella pasó, con el golpe anímico y el costo económico que representa, la joven de 25 años deja un consejo puntual.

“El acompañamiento de la familia, de amigos, la contención y el amor es lo más ideal para empezar”.

Golpear puertas de lugares que puedan ayudar y hacer uso de las redes sociales son otras vías que Tais sugiere.

Historia. Momentos antes de llegar al mundo en un sanatorio privado, la madre de Tais, Andrea Benítez, convulsionó cuando le aplicaron la anestesia.

A causa de ello, su hija estuvo 38 días en Terapia Intensiva. Los siguientes 12 meses fueron de controles y estudios de seguimiento para conocer las consecuencias que le habían quedado.

Aparentemente todo estaba bien. Pero luego, con el diagnóstico de una especialista, se supo que la bebé no escuchaba nada.

A Andrea su familia le planteó demandar al centro asistencial privado. “Dije que no, que tenía que ver cómo ayudar a mi hija”, recuerda.

El primer acto fue la aceptación de la situación. Posteriormente vino todo el proceso de conocer sobre la condición de su hija, cómo ayudarla y las alternativas para el problema que se presentó.

La aceptación fue otro aspecto que Tais fue trabajando con los años. Ser jugadora de hándbol también le ayudó a darle esa fortaleza como persona, cuenta.

“Ella dijo en algún momento que el esfuerzo fue nuestro y ella no hizo nada. No fue así. Ella batalló muchísimo, se iba a hacer la terapia y trabajaba”, recuerda la madre de la joven.

Andrea aconseja a los padres de hijos con este y otros problemas que les fortalezcan su autoestima.

“Hay que hacerles sentir que son lo máximo. Para mí ella es un ángel, es un milagro, que llegará a todo lo que quiera cada día de la vida”, dice emocionada.

Mientras juega con Tiago, su hermanito de poco más de un año, Tais dice que a él le transmitirá su fortaleza y palabras de aliento.

Conocedora de lo que significa acceder a un implante como este en el país, tiene un anhelo principal entre varios.

“Desde el Estado, espero que se interesen más en este tema, justamente para darles más apoyo a las personas de escasos recursos”, expresa.