A su modo de ver, muchas de las personas que estuvieron y siguen estando al frente de diversos ministerios no han demostrado tener necesariamente formación especializada ni experiencia particular en las áreas de política puestas a su cargo, “lo que denota que la capacidad para formular políticas públicas efectivas no ha sido un criterio de importancia para su designación”. En tal sentido, resulta poco probable que las designaciones que se vienen, sobre todo en el Ministerio de Relaciones Exteriores, tengan el carácter técnico requerido para la conducción de las carteras estatales. El mes pasado, el Gobierno designó en Educación a Ricardo Nicolás Zárate, ingeniero agrónomo de profesión, especialista en fertilizantes y medioambiente, en reemplazo de Juan Manuel Brunetti, quien dimitió para dedicarse a la campaña política como precandidato a vicepresidente por Honor Colorado (HC).
ELECTORALISMO. El electoralismo, agrega Rocío Duarte, es una constante en el sistema político paraguayo, debido al poco tiempo que transcurre entre elecciones generales y municipales, y debido a que “ocupar cargos administrativos de alta visibilidad en la burocracia estatal suele funcionar como plataforma para impulsar candidaturas a otros cargos electivos”.
Es así que el objetivo de las figuras políticas que ocupan cargos importantes suele ser el de mantenerse “como opciones electorales viables antes que el de gobernar propiamente”.
Contribuye a ello el que la calidad de la gestión no es aún un criterio que llegue a incidir en el éxito electoral, “más que la visibilidad misma por haber ocupado cargos”, por lo que se pasa de periodos llenos de promesas electorales “a periodos de manipulación en la atribución de responsabilidades por los resultados de la gestión”, destaca.
LA PREGUNTA. Para Julieta Heduvan, licenciada en Relaciones Internacionales, especialista en política exterior paraguaya, la pregunta que surge ante estos escenarios de renuncia de ministros para enfocarse plenamente a la carrera por fórmulas presidenciales parece ser: ¿Es el recambio obligado por las aspiraciones electorales un detente para la concreción de un proyecto de desarrollo a largo plazo?
Con la salida del ministro Brunetti y próximamente del ministro Euclides Acevedo, el presidente Mario Abdo Benítez debe encontrar en lo que resta de su mandato un nuevo canciller, el quinto en estos cuatro años, y que pueda desempeñar funciones hasta la entrega oficial de la banda presidencial. La respuesta a la pregunta, sin embargo, depende del análisis de si son las personas o los procesos los que determinan los proyectos a largo plazo en las instituciones públicas.
En el caso concreto de la Cancillería, dice, si bien los ciclos desarrollados por cada canciller han tenido estilos y prioridades distintas, “en las relaciones exteriores los tímidos lineamientos que han sido establecidos en los últimos años seguramente continuarán, ya que no todos los cargos son políticos”.
La particularidad de la existencia de cupos políticos asegura que el resto de los funcionarios de carrera puedan sostener las líneas establecidas, más allá de la llegada de nuevas autoridades y la “usual desidia” en la que caen los proyectos de gobierno durante el periodo electoral. Por lo tanto, la nueva pregunta es: ¿podrán los demás ministerios sobrevivir a las elecciones?, plantea.
GOBIERNO ERRÁTICO. Las inconsistencias de políticas tanto en Relaciones Exteriores como en Educación dejan ver “a un gobierno errático o confundido”, más cuando hay dos frentes que son estratégicos para el país: renegociación del Tratado de Itaipú 2023 y lo que se ha denominado en Educación, el proceso de transformación educativa, opina William Campo, catedrático de la Universidad Católica.
Estos dos escenarios que deberían ser banderas y símbolos de una administración por lo que representan para el futuro del país, a mediano y largo plazo, se han visto debilitados “y llenos de incertidumbre”.
Sobre las relaciones internacionales “no se vislumbra una política sólida, la misma pandemia hizo ver bastante floja a esta gestión en la consecución de vacunas y suministros para enfrentarla”, sostiene. Con respecto a la renegociación del Tratado de Itaipú, “las acciones preliminares están llenas de dudas e incertidumbres, y existe una fragilidad manifiesta frente a una avezada contraparte como Itamaraty, que ya ha venido arremetiendo muy fuerte desde el comienzo del gobierno de Bolsonaro”. El recambio de varios cancilleres en menos de 4 años, 3 políticos, escándalos de por medio, y 1 funcionario de carrera, “deja ver discontinuidad y poca claridad en cuanto a estrategias y políticas, algo que debilita la posición del país en la negociación”.
En el ámbito educativo, se ha registrado una caída estruendosa del nivel académico de los estudiantes y en las condiciones educativas durante la pandemia. El país, según los informes de organismos internacionales, se ha quedado sin respuestas a los problemas estructurales que se agravaron con la pandemia, especialmente en aspectos como la profundización de la desigualdad. Se habla incluso de una “generación perdida” por parte de la Unicef. “Una situación demasiado grave”. Tiene en común con Relaciones Exteriores que han pasado varios ministros por la jefatura de Educación, restándole continuidad a políticas y estrategias, dejando en entredicho el compromiso con una verdadera transformación educativa.
RREE y Educación, con o sin intención, “han terminado siendo trampolines políticos que sirven para proyectar a quienes llegan a estar al frente de estos ministerios”. Lo que supone un interés mayor de carácter electoralista, que está por encima de la consolidación de políticas de mediano y largo plazo, es su reflexión.
Euclides Acevedo confirma que dejará el MRE el sábado 30 de abril
El ministro de Relaciones Exteriores, Euclides Acevedo, con 1 año y 3 meses en el cargo, oficializará su renuncia como canciller nacional el próximo 30 del mes en curso, confirmó a este diario, para participar en la carrera por la presidencia de la República, que se definirá en las elecciones generales del 2023. Lo hará a impulso de un nuevo movimiento, Nueva República, que sostiene fundamentalmente por el Partido Revolucionario Febrerista (PRF) —socialista, policlasista y democrático—, con la consigna de abrirse paso hacia una concertación y la salvedad de que si en este proceso surge otro candidato o candidata “que mida mejor” para las comicios generales del próximo año, él renunciaría a su candidatura, porque el objetivo es “entrar a ganar”, según dijo a ÚH en una entrevista publicada el pasado 3 de abril.
Desde esa fecha se lo ha visto reunido, entre otros, con Hugo Fleitas (liberal), gobernador de Cordillera, con quien podría competir en las internas del PLRA (Partido Liberal Radical Auténtico) contra Efraín Alegre, por concertación. También con Fernando Lugo, del Frente Guasu) y con el candidato a gobernador de San Pedro, Freddy D’Ecclesiis, de Fuerza Republicana (ANR), ya en pleno proceso de acercarse a referentes de todos los partidos y movimientos políticos posibles. Entre tanto, en la Cancillería Nacional, además de seguir llenando varias vacancias en embajadas, tiene pendiente, antes de marcharse, presidir la reunión de la Junta de Calificaciones del MRE, organismo que define los ascensos, traslados y rotaciones de los funcionarios del servicio exterior. Además de intentar consensuar posiciones entre los funcionarios del Ministerio sobre un proyecto de ley sobre el servicio diplomático que se estudia en Diputados.
El objetivo de las figuras políticas que ocupan cargos importantes suele ser mantenerse como opciones electorales viables.
Liliana Rocío Duarte,
politóloga.
El recambio de varios cancilleres en menos de 4 años deja ver discontinuidad en cuanto a políticas y estrategias.
William Campo,
catedrático de la UC.
En RREE continuarán los tímidos lineamientos, ya que no todos los cargos son políticos.
Julieta Heduvan,
especialista.