La modalidad de la venta en efectivo de droga y combustible es relativa entre traficantes paraguayos y argentinos. No se complican a la hora de las transacciones, por lo que recurren al viejo sistema del trueque.
Es decir, un “empresario de frontera” le proporciona droga o cigarrillo a su par argentino y, este, en compensación, le proporciona combustible.
Si bien el volumen de este tipo de operación no es enorme, lo destacable del caso es que los códigos de operación fronteriza son enteramente compatibles.
El 90% de las operaciones clandestinas se producen en horarios nocturnos y las zonas de entrega son por lo general en islotes, cañaverales camuflados con vegetación, chapas o bolsas. En tanto otros contrabandistas deciden arrojar los bidones a la vera del río Paraná.
Los pobladores de la localidad de Paso de Patria, considerada la ciudad más austral del Paraguay, por encontrarse casi en la embocadura de los ríos Paraguay y Paraná, viven momentos de mucha tensión y miedo.
Varios jóvenes de esta localidad están recluidos en cárceles argentinas por tráfico de drogas. Ante la falta de oportunidades y la difícil situación económica que viven, varios se ven tentados en llevar droga a la costa argentina y en muchos casos, según las versiones, reciben 50 mil guaraníes por cada viaje.
Sin embargo, ocurren casos más graves como desapariciones misteriosas como el caso del joven de apellido Ocampo que estuvo desaparecido varios días y cuyo cuerpo sin vida apareció días después. A pesar de que la versión fiscal basada en el informe del forense dice que Ocampo falleció por ahogamiento, muchos no creen en esta justificación.
El tráfico marginal tiene sus aristas, sus reglas y sus métodos, que se aplican a los que no hayan cumplido el trato acordado.