14 jun. 2025

El sentido cristiano de la muerte

Hoy meditamos el Evangelio según San Lucas 17, 26-37.

En algunos ambientes no es fácil hoy hablar de la muerte; solo el hecho de mencionarla parece un asunto desagradable, de mal gusto.

Con todo, «si alguna vez te intranquiliza el pensamiento de nuestra hermana la muerte, porque ¡te ves tan poca cosa!, anímate y considera: ¿qué será ese cielo que nos espera, cuando toda la hermosura y la grandeza, toda la felicidad y el amor infinitos de Dios se viertan en el pobre vaso de barro que es la criatura humana, y la sacien eternamente, siempre con la novedad de una dicha nueva?».

La muerte nos da grandes lecciones para la vida. Nos enseña a vivir con lo necesario, desprendidos de los bienes que hemos de usar, pero que dentro de un tiempo, siempre corto, habremos de dejar; llevaremos, para siempre, el mérito de nuestras buenas obras.

La muerte nos enseña a aprovechar bien cada día: carpe diem, goza del presente, decían los antiguos; y nosotros, con sentido cristiano, podemos darle un sentido nuevo: aprovechemos gozosamente cada día como si fuera el único, sabiendo que ya no se repetirá jamás.

El papa Francisco a propósito del Evangelio de hoy dijo: “En este recorrido hacia el fin de nuestro camino, de cada uno de nosotros y también de toda la humanidad, el Señor aconseja dos cosas, dos cosas que son diferentes, y son diferentes según cómo vivamos, porque es diferente vivir en el instante y vivir en el tiempo”.

“Y el cristiano es un hombre o una mujer que sabe vivir en el instante y sabe vivir en el tiempo. El instante es lo que tenemos en las manos ahora: pero este no es el tiempo, ¡pasa! Tal vez podemos sentirnos dueños del instante, pero el engaño es creernos dueños del tiempo: ¡el tiempo no es nuestro, el tiempo es de Dios!”.

“El instante está en nuestras manos y también en nuestra libertad sobre cómo tomarlo. Y aún más: nosotros podemos convertirnos en los soberanos del momento, pero solo hay un soberano del tiempo, un solo Señor, Jesucristo”.

(Frases extractadas del libro Hablar con Dios, de Francisco Fernández Carvajal y http://es.catholic.net/op/articu los/48489/www.ixoye.mx.gs)