Hasta el 21 de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había sido notificada de 92 casos confirmados de viruela del mono y de 28 casos sospechosos, detectados en 12 países en los que la enfermedad no es endémica, incluyendo varios de la Unión Europea, EEUU, Australia y Canadá.
El organismo teme que la enfermedad, endémica en algunas zona de África central y occidental, se expanda.
Según la OMS, es la primera vez que se registran casos de manera simultánea en varios países y entre personas que no han viajado a las regiones de África donde la enfermedad es endémica.
Pero al mismo tiempo, la agencia de la ONU subraya que se pueden controlar los brotes en los países no endémicos y parar el contagio entre humanos.
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) también relativizó los temores entre la población y aseguró el lunes que el riesgo de contagio era “muy bajo” en la población en general, aunque “alto” entre las personas con múltiples parejas sexuales.
La viruela del mono, que no suele ser mortal, puede causar fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, ganglios linfáticos inflamados, escalofríos y fatiga.
Luego aparecen erupciones (en la cara, las palmas de las manos, las plantas de los pies), lesiones, pústulas y finalmente costras.
No hay tratamiento para la viruela del mono, pero sus síntomas suelen desaparecer al cabo de dos o tres semanas. “Queremos detener la transmisión de persona a persona. Podemos hacerlo en los países no endémicos... Es una situación que se puede controlar”, declaró Maria Van Kerkhove, encargada de la lucha contra el Covid-19 en la OMS, pero también de las enfermedades emergentes y zoonosis.