Un equipo de mineros especialistas en rescates descendió este jueves al fondo del túnel paralelo al pozo en el que cayó el niño español Julen Roselló hace once días, para excavar manualmente el último tramo que les llevará hasta la zona donde se encuentra el pequeño.
Desde que el pasado 13 de enero Julen cayera en un conducto de 25 centímetros de diámetro y 107 metros de longitud, perforado para realizar sondeos de agua, un equipo de 300 personas trabajan para rescatarlo, encontrándose con diversos contratiempos debido, fundamentalmente, a la dureza del terreno.
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El pequeño pasaba un día de campo con su familia en la localidad de Totalán, en la provincia de Málaga (sur de España), cuando se precipitó dentro el pozo.
Finalmente, los mineros pudieron descender por el túnel de 60 metros y comenzar a picar el último acceso que, si no hay nuevos inconvenientes, se estima que esté terminado en un plazo de 24 horas.
La bajada de los mineros, en turnos de tres, se realiza en el interior de una cápsula construida expresamente para el rescate.