11 may. 2024

“El país debe dejar de depender de investigaciones de afuera y apostar por la ciencia”

Diego Galeano, especialista en inteligencia artificial, desarrolló tecnología electrónica para aplicaciones médicas. Trabaja como investigador de la UNA, consorcios internacionales y hasta la NASA.

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Diego Galeano, especialista en inteligencia artificial.

Mi nombre es Diego Galeano. Actualmente trabajo como investigador en el área de inteligencia artificial y aprendizaje en máquina, en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Asunción (UNA).

Ya desde chico me gustaba mucho la Física y las Matemáticas. Por eso, decidí ir a un colegio técnico, en el Centro de Capacitación Técnica de Luque. Eso me permitió conocer sobre modelado matemático de ciertos aspectos de la Física, de ciertos componentes, cómo se arma un circuito. A entender cómo funciona un televisor, una radio. Eso se conectaba a preguntas que me hacía de niño; veía algo y quería saber cómo funcionaba, que creo que es fundamental para desarrollar el pensamiento científico: la curiosidad. Era también motivado por mis padres que me inculcaban al pensamiento crítico.

Logré ser mejor egresado tanto en el colegio como en la facultad.

Basada en la experiencia del colegio elegí la carrera de Ingeniería Electrónica en la Universidad Católica. Para mi tesis desarrollé tecnología electrónica para aplicaciones médicas. Me impresionó cómo las disciplinas se podían ayudar, especialmente en el área médica.

Durante mi tesis de grado también tuve la oportunidad de ir a hacer una estancia de tres meses en Madrid, con el grupo de bioingeniería del Consejo Nacional de Ciencias de España.

Después recibí la propuesta del profesor Alberto Paccanaro para estudiar en Royal Holloway, University of London. Ser un científico no es algo que se pueda aprender de la noche a la mañana. Se requiere todo un programa de un doctorado y de la mano de un buen profesor.

Todo sucedió en el momento justo, porque en esa época se habilitaba el programa de Becas Carlos Antonio López (Becal).

Estudiar en el Reino Unido

Fui a Londres por cuatro años. Para ir a estudiar ahí primero tuve que aprender bien el inglés, que ya venía estudiando unos años antes porque tenía la idea de ir al exterior a hacer un máster o doctorado.

En nuestro país el tema del idioma es un desafío porque la formación de inglés en las instituciones públicas se introduce recién en la educación media, y una vez a la semana, una o dos horas cátedras no es suficiente.

Tuve que estudiar mucho y después fue ir a pedalear allá porque aquí hasta cierto punto se puede aprender, luego está la experiencia de inmersión. Londres, además, es muy cosmopolita; hay gente de todo el mundo. Tenía amigos de Grecia, Turquía, de Italia. Fue un desafío los primeros meses.

Algo que me impresionó también fue cómo la universidad del primer mundo da tantos beneficios que uno se siente arropado dentro de la institución. Se tienen todas las comodidades, las facilidades y ayudas necesarias, desde académicas hasta personales.

Había cursos de especializaciones, conciertos de orquesta de la propia universidad, teatros con entrada gratuita. Ahí me di cuenta de que todo eso contribuía a la salud mental del estudiante. Una experiencia espectacular.

Ir a estudiar fuera del país también me ayudó a romper estereotipos, prejuicios, a entender cómo las personas son influenciadas por el entorno donde creció.

Trabajos

Toda la experiencia aprendida; entender qué es la ciencia, cómo funciona y cómo hacer ciencia es lo que hoy aplico en mi día a día ya como investigador, en UNA, tiempo completo.

En el doctorado me especialicé en lo que sería aplicaciones de inteligencia artificial, en área de biología computacional y medicina.

Trabajé en modelos de inteligencia artificial para aplicación en Medicina y Farmacología. Desarrollé un modelo que permite predecir los efectos secundarios de los medicamentos, logrando la publicación en una revista científica de alto impacto.

Actualmente, sigo trabajando con grupos internacionales. Colaboro con el consorcio Covid-19 International Research Team, el cual integra más de 200 científicos del mundo. También estoy en el consorcio AWG GeneLab de la NASA y participo en el consorcio Exon 20 Group, donde trabajamos en descubrir tratamiento para ciertos tipos de cáncer utilizando técnicas de inteligencia artificial.

Formar investigadores.

Mi objetivo aquí es abrir un grupo de investigación, pero tengo muchos desafíos. Uno de ellos es que no tenemos programas de doctorados ya establecidos en la Universidad, sino que uno tiene que aplicar a programas a través del Cones y tienen que ser específicos.

La Facultad de Ingeniería debería de tener abierto un programa de doctorado.

Ahora estamos trabajando en un programa de máster de inteligencia artificial y para ellos aplicamos a fondos de Concayt.

Si se financia eso creo que sería el primer programa de inteligencia artificial del país y generaría una masa importante de personas entrenadas en esta herramienta y nuevas áreas que son muy necesarias para analizar datos y modelados matemáticos. Vamos a formar en el área de Ciencias de Datos e Inteligencia Artificial. Desde estrategias de marketing, análisis de comportamiento en redes sociales hasta aplicaciones médicas.

La inteligencia artificial es una suma de conocimientos que necesita el alumno; conocimiento de computación, estadística y modelos de aprendizaje en máquina.

La ciencia a nivel local

En Paraguay es casi inexistente el desarrollo de este tipo de herramientas, no se financia y el Gobierno no se pone como objetivo.

Dependemos de lo que se está desarrollando en el mundo. Eso debería empezar a cambiar porque la realidad es que estamos solos en Sudamérica. Aquí hay muchos problemas, especialmente, de enfermedades que en el primer mundo no se tiene, como la ola de chikungunya que se vino hace poco.

Como eso no es riesgo para el primer mundo, no invierten porque para ellos no es grave. Eso es un inconveniente cuando dependemos de los de afuera. Ahí es donde tenemos que ponernos la camiseta y desarrollar la ciencia. Hay mucha gente preparada, solo hace falta estructurar y desarrollar los equipos científicos para trabajar.

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