29 mar. 2024

El oso Chucho, centro de debate por los derechos de los animales en Colombia

El oso Chucho, que nació en semicautiverio hace 24 años en una reserva natural del departamento de Nariño (fronterizo con Ecuador), es el centro de un debate jurídico en Colombia porque su caso llegó a los estrados de la Corte Constitucional, que estudia cuáles animales pueden ser sujetos de derecho.

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El caso de Chucho comenzó cuando la Corte le concedió al animal un hábeas corpus, una acción judicial creada para ordenar la libertad de los seres humanos, pero que terminó protegiendo los derechos del oso.

Foto: EFE

La discusión y la decisión de qué pasará con Chucho, un oso andino de anteojos, será el faro a seguir en el tema de los derechos animales en Colombia, en donde ya un hombre fue condenado en 2017 a seis meses de prisión por maltrato animal y hurto calificado por robar y comer carne de gato.

En Colombia, que reconoce a los animales como “seres sintientes”, no está penalizado el consumo de carne de gato o de caballo, pero el maltrato animal puede ser castigado con penas de tres años de cárcel y abultadas multas.

La semana pasada, en una audiencia pública de más de ocho horas, la Corte Constitucional escuchó múltiples y calificadas voces del país y del exterior para ilustrarse y tomar una decisión sobre el caso de Chucho.

“En un acto de responsabilidad judicial y democrática la Corte abrió un espacio a un diálogo democrático para escuchar múltiples voces frente a una situación que trasciende el propio caso de Chucho”, dijo este lunes a Efe el abogado colombiano Luis Domingo Gómez Maldonado, especialista en derecho constitucional y quien asumió por su cuenta el caso del oso.

El jurista explicó que la querella de Chucho es apenas un referente porque lo que está en discusión son “cosas mucho más profundas que pueden beneficiar no solo a los animales sino a la sociedad colombiana”.

Gómez detalló que el caso de Chucho comenzó cuando la Corte le concedió al animal un hábeas corpus, una acción judicial que se creó para ordenar la libertad de los seres humanos pero que terminó protegiendo los derechos del oso.

Sin embargo, el zoológico de Barranquilla, a donde llegó el animal hace unos años, interpuso una tutela (recurso de amparo) alegando que se violó el debido proceso.

Inicialmente Chucho estaba en una reserva del centro del país en desarrollo de un plan para repoblar esa zona de Colombia con osos de anteojos, pero su compañera murió y de allí fue enviado a Barranquilla, en donde vive en cautiverio, como los otros animales.

El abogado Gómez señaló que lo que busca es que a Chucho se le reconozca “personalidad animal y se le declare la titularidad de sus derechos” para que pueda regresar a su hábitat o que se le adecúen espacios lo más parecidos a su naturaleza.

“Equivocadamente se cree que lo que se pide es que a Chucho y a los demás animales se les reconozca derechos en la misma medida y extensión que a los seres humanos y eso es un imposible racional”, aseguró.

Por su lado, el representante de la Fundación Botánica y Zoológica de Barranquilla, Carlos Andrés Puccini, dijo en la audiencia de la Corte que Chucho está en mejores condiciones que las que tenía antes.

“Está demostrado que en la reserva corría peligro, incluso de muerte, y no se le podía brindar cuidado, desconociendo la prohibición del maltrato animal”, aseguró.

La bióloga de la Universidad del Magdalena y experta en osos andinos, Adriana Reyes, advirtió que no se debe perder de vista al oso, que “necesita ser cuidado constantemente, tiene unos cinco años de vida”.

Inicialmente, Chucho estaba en una reserva del centro del país en desarrollo de un plan para repoblar esa zona de Colombia con osos de anteojos, pero su compañera murió.

Inicialmente, Chucho estaba en una reserva del centro del país en desarrollo de un plan para repoblar esa zona de Colombia con osos de anteojos, pero su compañera murió.

Foto: EFE

Otra de las voces escuchadas en la Corte fue la de Steven Wise, académico estadounidense y director del Nonhuman Rights Project (NRP), organización que lucha por los derechos de los “animales no humanos” en Estados Unidos, quien recordó que la discusión no es única en Colombia y que en India, Argentina y Brasil ya se han dado casos como el que se discute en el país, que favorecen a animales.

El ministro de ambiente, Ricardo Lozano, aseguró que el Gobierno respetará las decisiones de la Corte y que está comprometido con políticas para dar más y mejores condiciones de vida a los animales.

Recordó además que Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNNC) presentó a comienzos del año pasado una campaña para la protección del oso de anteojos.

A la cascada de opiniones se sumó la del representante a la Cámara Juan Carlos Lozada, quien afirmó que ya hay legislación en el país en esa materia.

“Es innegable que los animales en su condición de seres vivos tienen derecho a no ser sometidos a maltrato físicos, a vivir sin hambre o sed, a no ser sometidos a condiciones de estrés o miedo. Los animales tienen derecho a manifestar su comportamiento natural y a no sufrir de explotación”, dijo.

A propósito de protección animal y del medioambiente, Colombia ha dado pasos al reconocer a los ríos Cauca, Combeima, Cocora, Coello y al Atrato “como sujeto de derechos”.

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