“Esperamos que el cese al fuego marque el comienzo de una calma sostenida en la línea de contacto que permita que los ucranianos de ambos lados de la línea vivan en paz y con seguridad”, dijo hoy el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, en un rueda de prensa diaria.
Antes, el portavoz emitió una breve declaración en la que Estados Unidos “da la bienvenida” al anuncio del alto el fuego hecho por el Grupo de Contacto Trilateral, formado por representantes de Rusia y de Ucrania y por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
El alto el fuego, según el portavoz estadounidense, comenzará en la medianoche del Día de Navidad, el 25 de diciembre, y afectará al este de Ucrania, donde combaten los militares ucranianos con las milicias separatistas prorrusas.
“Como hemos dicho antes, estamos profundamente preocupados por el reciente repunte en la violencia en el este de Ucrania, donde las fuerzas separatistas prorrusas han lanzado diariamente ataques a las posiciones ucranianas usando armas pesadas prohibidas por los acuerdos de Minsk”, indicó Kirby.
“De nuevo, urgimos a Rusia a que use su influencia con los separatistas para poner fin a la violencia, como ha hecho con éxito numerosas veces en el pasado, y permitir acceso a los observadores de la OSCE”, agregó.
Según el portavoz, eso “aliviaría el sufrimiento humanitario en el este de Ucrania y crearía espacio para el progreso en la implementación” de los Acuerdos de Paz de Minsk de febrero de 2015.
El Departamento del Tesoro de EE.UU. aprobó el martes nuevas sanciones económicas contra seis banqueros y un empresario ruso, así como contra ocho compañías de ese país, por su papel en el conflicto de Ucrania y por la anexión de la península de Crimea.
A finales de noviembre, los ministros de Exteriores de Ucrania, Rusia, Francia y Alemania fracasaron a la hora de acordar en Minsk una hoja de ruta para el arreglo del conflicto en el este ucraniano.
Las negociaciones están estancadas, entre otras cosas, por la falta de acuerdo sobre las elecciones en las zonas controladas por los separatistas, ya que Kiev exige garantías de seguridad y la presencia de observadores internacionales.
Además, Ucrania demanda el control de la frontera entre las regiones de Donetsk y Lugansk y el territorio ruso, mientras Moscú pide a Kiev que apruebe antes una ley que otorgue altas dosis de autonomía a las zonas separatistas.
