UN MANDATO OMNIPRESENTE Y UNA VICEPRESIDENCIA DISCRETA. Trump gobernó a golpe de Twitter. Las redes sociales sirvieron de altavoz de sus políticas y ocurrencias, que llegaban a la población, muchas veces a horas intempestivas, sin el filtro de los medios tradicionales.
Su amplia exposición contrasta con el discreto rol desempeñado por Harris hasta que Joe Biden renunció en julio a la carrera a la reelección y ella le tomó el relevo. Ha estado tan a la sombra del mandatario que muchos ciudadanos la han empezado a descubrir en esta breve y acelerada campaña.
La Vicepresidencia, más que una ventaja, juega en parte en contra de Harris. Se la “culpa” simultáneamente por las decisiones de Biden y por no hacer durante su Administración lo que ahora promete, explica a EFE Tammy Vigil, profesora de Comunicación en la Universidad de Boston.
Trump intenta recuperar el poder con la intención de “arreglar” la situación del país tras estos cuatro años de gobierno demócrata. Tiene a su favor el aparente olvido de algunas de sus ideas más disparatadas, como la de tratar el coronavirus con una inyección de lejía, y el magnetismo superlativo de sus propuestas, resumidas en su lema “Hacer Estados Unidos grande de nuevo”.
Una base fiel frente a la necesidad de convencer a la gente. El magnate neoyorquino goza de una base leal que no le penaliza ni sus errores ni sus causas pendientes con la Justicia. “Ha establecido una relación con sus seguidores que le permite decir y hacer casi cualquier cosa sin alienarlos”, explica Vigil, para quien “sus mensajes permiten a la gente dar rienda suelta a sus peores impulsos y muchos lo agradecen”.
Harris tiene ante sí el reto de demostrar que puede asumir el mando. Según Tom Hollihan, profesor de Comunicación en la Escuela de Comunicación y Periodismo USC Annenberg, tiene de su lado su experiencia como abogada, fiscala general de California, senadora y después vicepresidenta, además de mostrar empatía hacia gente diferente a ella.
CASI 20 AÑOS DE DIFERENCIA. Harris cumplió en octubre 60 años y Trump en junio, 78. Cuando el candidato demócrata era Biden, de 81, las críticas a la avanzada edad y a sus efectos sobre la capacidad física y mental de un aspirante iban dirigidas al presidente, obviando prácticamente que su rival republicano solo era tres años menor.
El ex mandatario protagoniza según Hollihan “discursos divagantes e indisciplinados y comentarios a menudo disparatados”, pero a diferencia de Biden, la cobertura mediática recibida no ha enmarcado estas fallas como debidas a la edad o un deterioro cognitivo, por lo que no le han perjudicado mucho.
Los ‘techos de cristal’ de Harris. Harris podría ser la primera mujer, la primera afroamericana y la primera persona de origen sudasiático en llegar al Despacho Oval. Aunque en cierta manera hace que más gente pueda identificarse con ella, también son factores que constituyen barreras a su candidatura.
Los hombres, según Hollihan, parecen responder a la “tosquedad” de Trump, “su estilo machista y su percibida ‘dureza’”, añade Vigil, quien considera que del republicano que estas características parecen favorecer a Harris, sobre todo entre los electores más jóvenes.