Es una moda que ya estaba en boga en esta ciudad-Estado del sureste asiático muy encariñada con las mascotas. Pero los múltiples confinamientos por el coronavirus y el crecimiento del comercio en línea la acentuaron.
Con un sombrero veraniego o con pañuelos de colores, en el parque, en la cesta de una bici o en casa junto a una botella de vino, las fotografías de Sasha y Piper se publican regularmente en “Lomodoggies”, su cuenta Instagram.
Los animales ya reportaron varios miles de dólares a su propietaria gracias al emplazamiento de productos que van desde aspiradores a zapatos. Los perros tienen incluso ya una agencia de representación.
La firma también tiene en cartera al gato Brossy Meowington, con más de 50.000 seguidores, y a un Spitz japonés con abundante pelaje llamado Luna.
La dueña de todos, Carrie Er, empezó hace años a publicar fotos de Sasha con diferentes vestidos, mientras jugaba o cuando salía a pasear.
“Queríamos hacer un blog capturando momentos preciosos con su bonito hocico y lo que hace”, explica esta directora de comunicación y publicidad de unos 40 años.
Las imágenes tuvieron tal éxito que algunas marcas empezaron a preguntarle si Sasha podía promover sus productos. Piper, antiguo perro de concursos, llegó después para completar el dúo.
“Es divertido, para los perros y para mí", dice Er mientras toma imágenes de sus dos estrellas caninas con su teléfono.
Los dos perros tienen 24.000 abonados en Instagram y le hacen ganar una media de 500 dólares de Singapur (370 euros, 315 euros) por cada promoción.
Su dueña es selectiva a la hora de escoger sus colaboraciones. No quiere promocionar marcas para perros que no cumplan unos mínimos dado que sus perros se alimentan de paté hecho en casa.
Los animales ‘influencers’ son cada vez más buscados por las marcas que quieren reforzar su visibilidad en línea desde la pandemia, explica Jane Peh, cofundadora de The Woof Agency, la agencia que representa a los terriers.
“Pienso que los animales +influencers+ tienen una ventaja porque nosotros adoramos a los animales”, dice la empresaria, que tiene unos 6.000 perfiles de animales en cartera. “Son tan bonitos, nadie puede odiarlos”, asegura.