Pero el trabajo se vuelve más complicado ahora para el autodenominado “hacedor de acuerdos en jefe”, quien debe unir a los republicanos divididos en el Capitolio para cimentar un legado duradero.
“Los primeros 100 días de Trump se destacaron por su ritmo e impacto. Ahora viene la parte difícil”, dijo Stephen Dover, estratega jefe de mercados y director del Franklin Templeton Institute, en un informe destinado a inversores.
NUEVOS DESFÍOS. “Los próximos 100 días cambiarán el enfoque hacia los desafíos de aprobar legislación, mientras aborda simultáneamente la reducción del déficit. El Congreso debe actuar, lo que requiere la construcción de coaliciones legislativas”, explicó.
En unos vertiginosos primeros tres meses, Trump ejerció el poder ejecutivo como ningún otro presidente moderno, firmando más de 140 órdenes sobre inmigración, guerra cultural y recortes de la burocracia federal.
LÍMITES. Pero la autoridad unilateral de la Oficina Oval tiene sus límites, y gran parte de las reformas que Trump quiere implementar -especialmente cualquiera que implique gastar dinero público- requiere la aprobación de leyes por parte del Congreso.
El capital político de Trump será puesto a prueba mientras busca sacar adelante su ambiciosa agenda sobre impuestos, seguridad fronteriza y producción de energía a través de la Cámara de Representantes y el Senado.
Su popularidad en baja complicará su tarea. Las encuestas lanzan advertencias en medio de la incertidumbre económica y dudas sobre su manejo de la inmigración y el comercio internacional.
Las órdenes ejecutivas firmadas sin intervención del Congreso pueden ser revocadas por cualquier presidente.
También son vulnerables a desafíos legales y constitucionales, como Trump descubrió en decenas de fallos judiciales que bloquearon algunas de sus decisiones.
Un impacto más duradero, dicen los analistas, requerirá una estrategia política temeraria y la construcción de consensos que hasta ahora no han sido necesarios.
El autor de “El arte de la negociación” no tiene un gran historial en lograr que su partido dividido apruebe legislaciones polémicas.
En su período 2017-2021, promovió los Acuerdos de Abraham, que fomentaron la paz entre Israel y varios de sus vecinos como Baréin y Emiratos Árabes Unidos, y celebró un acuerdo comercial con Canadá y México que desde entonces ha sido destruido por sus aranceles.
Pero no logró derogar la Ley de Cuidado de Salud Accesible, conocida como Obamacare -una prioridad clave del republicano- y, a pesar de un gran revuelo en cumbres en Singapur y Hanói, no pudo lograr ningún tipo de acuerdo con Kim Jong Un, el líder de Corea del Norte. Cuando se trata de unirse en torno a una causa común, sus legisladores en el Congreso no han tenido gran efectividad: sólo lograron que cinco proyectos se convirtieran en ley en los primeros 100 días de Trump.