Una cuestión fundamental que aprendimos es que esta diversidad es una fortaleza de Paraguay y no una debilidad. Por el contrario, una debilidad sería buscar negar esa diversidad y querer imponer solamente una lógica implacable.
Por otro lado, creemos que existe una crisis con relación a los espacios de diálogo, y no solamente en Paraguay sino en el mundo. Para fortalecer una vida con los demás, una vida de barrio, una vida comunitaria o una vida nacional es importante fortalecer los espacios de diálogo. La retórica en la cual mi grupo, sus intereses y sus posiciones son los únicos válidos y los demás son los enemigos que hay que eliminar daña la capacidad de construir una mejor vida en común. Algo muy importante que nos mostró la pandemia es que se necesita mejorar la calidad de vida de todas las personas en Paraguay. La pandemia no solamente mostró lo abandonada que estaba la salud pública, sino también todas las demás áreas que impactan en la calidad de vida y de desarrollo.
Es necesario buscar consensos sobre temas básicos y fundamentales que guíen el horizonte de una República y para eso se requiere mucho más que pensar solamente en el corto plazo de las próximas elecciones o en las ganancias rápidas de los negocios. Se requieren previsibilidad, seguridad física y jurídica, mejores condiciones de vida, igualdad de oportunidades, igualdad de género, educación, salud, confianza, justicia, transparencia y puntos estratégicos a largo plazo. Se requieren políticas de estado. Se requiere que los gobiernos tengan una hoja de ruta en temas de interés general o nacional y la sigan.
Un ejercicio importante para empezar este camino podría ser buscar a líderes institucionalmente legítimos que se pongan de acuerdo en QUÉ serían tres cuestiones que Paraguay debería alcanzar a largo plazo y CÓMO debería hacerlo. Podrían ser todos los ex presidentes que están con vida, sin distinciones. Sería un mensaje muy fuerte que los ex presidentes de Paraguay muestren al pueblo que ellos están de acuerdo, pese a sus grandes desacuerdos, sobre tres cuestiones que deberían hacerse en Paraguay y en cómo se deberían hacer. Para fortalecer una República no se necesitan “hombres fuertes” o “salvadores”, sino que se necesitan espacios de diálogo que generen instituciones fuertes. Otro ejercicio importante, por ejemplo, sería que la Asociación Rural del Paraguay (ARP) y la Federación Nacional Campesina (FNC), manteniendo sus posiciones y diferencias, formen una mesa de trabajo y se pongan de acuerdo en trabajar tres cuestiones concretas que puedan beneficiar a sus socios, a sus socias y al país.
Es muy importante escuchar las voces de los indígenas sobre lo que ellos piensan acerca del desarrollo sostenible y sustentable. Es necesario escuchar y tener en cuenta las voces de las minorías y de grupos vulnerables. Una comunidad y un país deben buscar integrar y no anular, excluir o invalidar.
Se debe prestar más atención a lo que están haciendo los emprendedores jóvenes que tiene el país. Es importante destacar que los jóvenes profesionales, los investigadores y los estudiantes universitarios son los pilares del crecimiento, especialmente teniendo en cuenta ese “bono demográfico” del que tanto hablan en Paraguay. La producción científica, la investigación y el emprendimiento son los acompañantes necesarios para alcanzar una mejor calidad de desarrollo.
Un gran problema de la institucionalidad es que muchas veces se cree que una persona, un partido o un grupo es el dueño de las posiciones que orientan el bienestar del pueblo. Al final, generalmente, este tipo creencias terminan en autoritarismo, en tragedia y en desilusión. El autoritarismo ha hecho mucho daño a varios países de Latinoamérica y sigue haciéndolo hasta hoy. Visiones diferentes de cómo administrar la cosa pública se pueden enfrentar electoral y políticamente dentro del marco democrático, pero es muy perjudicial ver a la cosa pública como botín de guerra. El estado y la administración pública vistos como los lugares donde se distribuyen privilegios para los que son afines al grupo político ganador de las contiendas electorales y políticas es insostenible.
Por último, queremos resaltar una reflexión que se debe tener en cuenta para dialogar y que nos dio una de nuestras profesoras paraguayas en una de las charlas que tuvimos con estudiantes de DUKE: “Lo único que pido es que se eviten los extremismos. Cada persona o grupo puede aportar con algo para mejorar las condiciones de vida”.