La obra de teatro incluye la actuaciones de Anna Brítez, Violeta Acuña y Ruth Sanabria, egresadas de la Escuela Municipal del Arte. Llegará a los colegios de Encarnación los días 9, 10 y 11 de junio. Luego, el 12 de junio, será presentada desde las 21.00 en el Teatro de Prosa de Posadas.
La trama de esta propuesta, encarada por Karaku Teatro, gira en torno a dos empleadas que aman y, a la vez, odian a su patrona. En un momento, denuncian al amante de la mujer ante la policía acusándolo de falsos robos. Y cuando se enteran que lo pondrán en libertad a falta de pruebas que lo inculpen, surge la urgencia de idear un asesinato “que mantendrá en vilo a los espectadores”.
El director, Víctor Sosa Traverzzi, conocido en varias partes del mundo por el papel de malevo que le tocó interpretar en la popular cinta “7 Cajas”, se encuentra detrás de los hilos de esta obra, que viene siendo representada desde el 2012 como una adaptación del dramaturgo francés Jean Genet.
Según Traverzzi, en la obra trabajan con la técnica teatral de los directores rusos Mijaíl Chejóv (1891-1955) y Vsévolod Meyerhold (1874-1940). “Una de las características de Las Empleadas es que no existe prácticamente escenografía, se trabaja en la mimo-dinámica, la música construye parte de lo que es la atmósfera; y los objetos de la obra no están representados como algo material, sino como un gesto interpretado por las actrices en escena”, explica el director en una entrevista con ÚH.
- ¿En qué consiste el entrenamiento psicofísico que tuvieron antes de presentar la obra?
Es un trabajo gestual que a partir de lo exterior se va trabajando lo interior. Primero construimos todo lo que es la partitura y la parte externa del personaje, y a partir de ahí vamos tratando de que el actor o la actriz vaya encarnando el personaje. Stanislavski (1863-1938) plantea que para construir al personaje se debe partir desde lo psicológico. Nosotros partimos de lo contrario, partimos del gesto.
- En la reseña de la obra, apuntan la siguiente concepción de Meyerhold: “no es necesario vivir el sentimiento en escena, sino expresarlo mediante una acción física”. Stanislavski decía, por otro lado, que el trabajo del actor sobre sí mismo, en su interior, es algo importante.
Nosotros creemos que la base de una obra está en las acciones físicas, y tratamos de presentar un trabajo actoral estilizado; trabajamos la acción pero de forma amplificada, tratando siempre de llevar un ritmo musical, un nivel gestual. En todas las obras del grupo tratamos de desarrollar un estilo original y particular, y lo que tiene Las Empleadas es un estilo que no vas a ver en Paraguay.
También nos basamos en lo que es la pantomima grotesca, de Meyerhold.
Ruth Sanabria, una de las actrices protagonistas de Las Empleadas. | Foto: Gentileza.
- ¿En qué medida utilizan en la interpretación los principios de improvisación de Chejov y la filosofía de la crueldad de Antonin Artaud (1895-1948)?
Trabajamos en personajes que trascienden un poco la psicología, que son más arquetípicos. Por ejemplo, Genet. Él desarrolla el teatro de la crueldad, y trabaja con Las Empleadas, que son personajes que interpretan a otros personajes; esa es una característica fundamental del teatro de la crueldad: el teatro dentro del teatro. Y en el caso de Artaud, nosotros estamos desarrollando lo que es la psicología del personaje, algo que tiene que ver con el desarrollo gestual de los actores.
En Las empleadas, por ejemplo, Genet retrata al héroe pero que a la vez es antihéroe, al santo que al mismo tiempo es pecador. Y nosotros buscamos desarrollar ese tipo de principios. Mijaíl Chejov, que era un discípulo de Stanislavski y tenía principios similares a los de Meyerhold, hablaba sobre el gesto psicológico: en donde partir de un gesto vas construyendo la psicología del personaje sin pensar en una memoria emotiva, sino más bien representando cómo es el personaje con los gestos.
- Para desarrollar esto es importante el montaje, la escenografía, la música...
Sí, el que hizo la escenografía fue Mario Santander, el vestuario Carmen González y detrás de la música están: Lara Barreto (saxo) Celso Farías (teclado) y Sebastián Ramírez (percusión). Creo que van en conexión las tres cosas. Como yo trabajo desde hace rato con Carmen, también la conozco a Lara y a Mario, entonces los tres coincidimos en la concepción general de la obra y también respetando el estilo. Por eso tratamos de plantear una cosmovisión única.
Construimos la obra, luego ponemos la música, y a la par el escenógrafo va construyendo el entorno. La vestuarista trabaja dentro de ese estilo clownesco de la comedia del arte, y no es naturalista. Con todo esto queremos crear un estilo, y la única forma de hacer esto es tener gente que está trabajando en la misma línea; es esa la idea de desarrollar el teatro que estamos buscando nosotros.
- ¿Interpretación o escenografía?
Nos interesa mucho tanto la interpretación como la escenografía, pero la base no es tanto el efectismo (crear efectos con la escenografía, cosas externas al actor); nosotros partimos del actor y es él quien construye al mundo. Si ves las fotos de las empleadas, la escenografía se nota minimalista. Pero de igual forma trabajamos mucho sobre la interpretación del actor, básicamente.
Para construir esto se hace el trabajo de entrenamiento. Los músicos, por ejemplo, tocan todo el tiempo. Pero el actor acá en Paraguay está acostumbrado a irse, representar, y no investigar, y ahora lamentablemente el actor paraguayo joven, por ejemplo, desprecia la lectura, desprecia la investigación, se juega mucho por el divismo, según mi parecer.
La gente cree en el talento, y yo no creo en el talento. Creemos en el trabajo, y el trabajo es de años. El actor tiene que ser culto, investigador, siempre debe ir tratando de evolucionar, y la única forma de hacer eso es en el marco de un grupo teatral, y eso es lo que queremos lograr con Karaku, esa fusión.
- En Las Empleadas prometen lograr que el espectador experimente un viaje existencialismo plasmado en las letras de Jean Genet. ¿Qué elementos hacen posible este viaje?
La interpretación de las actrices y el trabajo de los músicos. Esos dos elementos. Si vos lees, por ejemplo, la introducción de Genet, él dice que la forma de interpretar su teatro no es una forma naturalista, sino que se trata de una forma que debe trabajarse con el cuerpo. Y en el grupo queremos buscar ese lenguaje vanguardista, que es realmente algo que en Paraguay no se suele ver, específicamente en el trabajo teatral que se basa en la realidad expresada de forma estilizada.
Hablamos del teatro de la convención consciente porque nosotros aceptamos el teatro. El teatro debe ser un “teatro teatral” porque nos parece que se debe reivindicar al teatro como arte. Nosotros pensamos que se debe experimentar, experimentarlo desde la técnica, desde el trabajo corporal, desde el trabajo que vos puedas desglosarlo en forma de que el público pueda hacer un trabajo imaginativo. Y ese click es el que nosotros tratamos de darle a la interpretación, para que el público pueda crear el resto. Los objetos, por ejemplo: no ves nunca una caja, o un timbre, sino que al actor que emula todo eso, y la obra, así, es construida por la música y completada por el espectador.
Anna Brítez y Violeta Acuña, en una escena de Las Empleadas. | Foto: Gentileza.
- Justamente, Stanislavski hablaba de que el actor debería creerse su personaje
Nosotros rompemos con la cuarta pared. Lo que hace la técnica de Meyerhold es decir: no, no es real lo que estamos haciendo, evidentemente es verosímil, pero nosotros rompemos con la cuarta pared y decimos que el teatro es una convención. Pero eso no evita que el público pueda sumergirse en la historia y nunca olvidarse de que está sentado en un teatro mirando una representación.
Training actoral
En los últimos años, Karaku Teatro ha presentado numerosas obras, entre ellas una basada en el monólogo “Lamásfuerte”, del dramaturgo sueco August Strindberg. También presentaron “Marzo del ’99", basada en los acontecimientos ocurridos en el “marzo paraguayo” de 1999. Actualmente, trabajan en “López Intertextual”, continuación de un texto de Gabriel Ojeda que presenta a un arquetipo del Mariscal López instalado en la consciencia del paraguayo actual, según Traverzzi.
El grupo cuenta con un espacio para ensayos en la “Casa Karaku”, ubicada en Montevideo casi Manduvirá. El director asegura que por el momento no cuentan con muchos recursos, pero que igualmente intentan impulsar el lugar como un centro cultural. Desde el año pasado, el grupo trabaja dentro de la dirección de extensión universitaria de la UNA, a cargo de Emiliano Rivarola.
En el sitio buscan desarrollar un teatro universitario profesional, “y plantar esa semilla de la investigación teatral y la vanguardia”, según el director, quien es además coordinador de cultura de la universidad. “Queremos desarrollar esto pero que después se expanda a los alumnos; enseñar que el trabajo del actor es una cuestión de todos los días, y que lo importante es la formación”, concluye.
El próximo 13 de junio, el director de Las Empleadas adelantó que ofrecerá un taller magistral dirigido a estudiantes de actuación y profesionales en el local del Teatro de Prosa de Posadas. En la jornada hablará sobre la actuación silenciosa, el gesto psicológico, las acciones físicas, y la partitura y sub-partitura en la construcción de personajes representados en el teatro.