Luego de varios meses ser buscado por las fuerzas de seguridad, finalmente fue detenido el líder campesino Rubén Villalba, sindicado como un conocido y peligroso invasor de inmuebles en la zona de Yasy Cañy, distrito de Curuguaty, Departamento de Canindeyú.
Se montó ayer un operativo fiscal-policial para desbaratar la red de instigadores y líderes de las invasiones que mantienen en zozobra la zona, específicamente en viviendas y estancias.
Este grupo se mantenía en esa zona armados, disparando en ocasiones contra los trabajadores y capataces de las estancias, amenazando con matarlos, quemar los tractores y viviendas e impidiendo a los propietarios disponer libremente de sus tierras.
Tras una denuncia de la empresa Agrobiogranos SRL, se realizó el procedimiento bien temprano ayer, en una propiedad privada de Yasy Cañy, donde pillaron a Villalba durmiendo, y no opuso resistencia.
Además de su detención, incautaron un fusil Mauser 7.62, una pistola 9mm con munición y una escopeta calibre 12, así como celulares.
Aparte de Villalba, también cayó quien sería su cómplice, identificado como Juan Herrera, quien fue detenido alrededor de las 03:40, en la misma localidad, tras un allanamiento a su vivienda.
Así también se allanó la radio comunitaria FM Mandu’arã, donde Herrera es locutor.
El operativo contó con apoyo de la Policía Nacional, y efectivos de las Fuerza de Operaciones Policiales Especiales (FOPE), quienes desde hace un tiempo vienen realizando investigaciones y planificaron la forma de detenerlos.
IMPUTADOS. El fiscal Christian Roig imputó tanto a Villalba como a Herrera por asociación criminal, trasgresión a la Ley de Armas, invasión de inmueble ajeno y amenaza.
A Rubén se lo sindica de ser una persona peligrosa, quien tenía en sus filas aproximadamente a veinte hombres armados.
Además de esta, existen otras cuatro causas abiertas en contra del dirigente.
Desde el Ministerio Público confirmaron que Rubén Villalba es sindicado como presunto involucrado en otros hechos cometidos en el 2022, en la misma localidad de Yasy Cañy, donde se produjeron un “doble homicidio, disparos contra personal policial e invasión de propiedad privada”.
Ya años anteriores había recibido una condena de 35 años de cárcel por la masacre de Curuguaty, ocurrida el 15 de junio de 2012, donde murieron campesinos y policías.
Pero años después fue anulado el juicio y quedó libre.
En cuanto a la causa por la cual fue detenido ayer, los hombres serán llevados hoy hasta la sede del Ministerio Público para declarar.