09 ago. 2025

Descarado aumento para la Cámara de Diputados

La Cámara de Diputados consiguió una ampliación presupuestaria de USD 3,8 millones para salarios de los funcionarios. La propuesta había sido presentada antes de las elecciones de abril y frenada en Senadores, pero gracias a la mayoría colorada en la nueva conformación del Parlamento se terminaron los obstáculos. Este aumento, además de no estar justificado, va a impactar negativamente en el Presupuesto General de Gastos 2023, que ya está descalzado. De los representantes se espera compromiso, pero estos solo acumulan privilegios.

Los representantes del pueblo paraguayo desde la Cámara de Diputados siguen acumulando privilegios. Ahora lograron por promulgación automática, bajo la presidencia interina de Pedro Alliana, un aumentazo de USD 3,8 millones –G. 28.000 millones– para salarios de funcionarios.

El proyecto había sido presentado apenas diez días antes de las elecciones, promovido por el entonces diputado Arnaldo Samaniego, quien actualmente es senador, y por el ex diputado Ángel Paniagua, ambos se encargaron de meter las carpetas de nombres de funcionarios que recibirán los aumentos, precisamente dos semanas antes de las elecciones generales. El proyecto recibió el apoyo de todas las bancadas y solamente tres diputados votaron en contra. A favor estuvieron 46 diputados, colorados, liberales, patriaqueridistas, Hagamos y otros.

La propuesta logró ser rechazada por los senadores, pero todos los obstáculos y cuestionamientos fueron superados cuando se conformó el nuevo Parlamento en el mes de julio, tras las elecciones que le dieron al Partido Colorado la mayoría absoluta en ambas cámaras parlamentarias.

El aumentazo le va a costar al Estado paraguayo G. 233 millones por día, hasta diciembre. De acuerdo con el proyecto, solo para el pago de sueldos el aumento es de más de G. 14.948 millones. Se contemplan también aumentos para los rubros de gastos de representación, bonificaciones y seguro médico.

Mientras el pueblo paraguayo sufre necesidades apremiantes, viviendo una crisis económica que golpea precisamente a la clase trabajadora, con empleos precarios, pésimos servicios públicos, falta de medicamentos en los hospitales, escuelas públicas sin agua ni energía eléctrica y con la grave situación de inseguridad que no discrimina a paraguayo alguno, los que se supone lo representan ya olvidaron todas sus promesas electorales.

Diputados y senadores están utilizando su absoluta mayoría parlamentaria para sus propios intereses.

Hace no mucho tiempo, un grupo de diputados liberales presentaron una propuesta para restituir el beneficio de cupos de combustible para traslados de autoridades, con el argumento de que la mayoría de ellos se movilizan desde el interior para cumplir con sus tareas y se ven obligados a usar sus propios recursos, por lo cual solicitaron la reactivación de los vales de combustible. En aquella ocasión los proyectistas tuvieron el apoyo de otras bancadas, incluidas las coloradas.

Un privilegio que se tomó la Cámara de Senadores, apenas asumieron los nuevos integrantes, es modificar el día y horario de las sesiones ordinarias. Los parlamentarios sesionan los miércoles, a las 13:00, con lo que reducen su ya corta semana laboral a tres días. Con esta medida, los legisladores cartistas y de otros sectores afines lograron también imponer un tiempo de debate más corto.

El enojo y la indignación sin dudas están justificados. Es inaceptable que los parlamentarios acumulen privilegios mientras varios sectores de la sociedad y sus necesidades siguen relegados.

La población necesita que sus representantes y sus gobernantes ubiquen sus necesidades en primer lugar: empleos de calidad, seguridad, servicios eficientes, salud pública y educación. Todos los paraguayos tienen derecho a una mejor calidad de vida y a una vida con bienestar.

La ampliación presupuestaria lograda por los diputados es un insulto a toda la fuerza productiva, a los trabajadores, a los niños con escuelas precarias y a los miles de jóvenes paraguayos sin oportunidades de estudio ni de trabajo.