Los estudiantes reciben polenta aguada y arroz sin sabor, además de postres que solo contienen trozos de fruta en agua, comenta Aylén Barreto, representante del gremio estudiantil.
Mencionó que, por ejemplo, las ensaladas llegan en mal estado, lo que obliga a los estudiantes a desecharlas. ‘‘Es una vergüenza que, a pesar de contar con mayores recursos, las autoridades no logren cubrir las necesidades alimentarias de los estudiantes con un mínimo de calidad’’, afirmó.
También hizo referencia la falta de menú diferenciado para estudiantes con necesidades alimentarias especiales, como aquellos con celiaquía o intolerancia a la lactosa. A pesar de las repetidas solicitudes de la Fenaes para incluir estos menús, hasta la fecha no se dio una respuesta.
La representante estudiantil criticó la falta de previsión en la implementación del programa, destaca que en muchas instituciones educativas no se cuenta con la infraestructura necesaria para que los estudiantes puedan comer en condiciones adecuadas.
En algunos casos, los alumnos deben consumir sus alimentos en aulas insalubres, sin acceso a comedores adecuados.