Las ventas al por menor cayeron en febrero en Estados Unidos, lo que es una mala noticia para los vendedores, pero una buena nueva para el Banco Central que busca controlar la inflación, ya que estos datos implican una moderación del consumo y con ello de la presión sobre los precios.
El gasto total ascendió a 697.900 millones de dólares, un 0,4% menos que en enero, según los datos publicados el miércoles por el Departamento de Comercio. Los analistas esperaban un aumento del 0,2%.
En comparación con febrero de 2022, sin embargo, las ventas del mes de febrero subieron 5,4%, pero en cifras no ajustadas por inflación, lo que contribuye a aumentar por simple efecto del alza de precios el monto total de las ventas. “Las ventas minoristas bajaron en febrero pero no lo suficiente como para considerar que hay un deterioro mayor de la voluntad de gasto de los consumidores”, destacó no obstante Oren Klachkin, economista jefe de Oxford Economics.
La inflación se colocó en febrero en 6% a 12 meses, según el índice de precios al consumo PCI (CPI por sus siglas en inglés). A los consumidores les cuesta más comprar lo mismo.
Klachkin espera que “los gastos de consumo se debiliten más adelante este año a medida que las alzas de salarios se moderen, que el ahorro se agote, y que los costos de los créditos aumenten” en un contexto de inflación alta, añadió, en una visión bastante negativa para los consumidores. AFP