En el Paraguay durante décadas se han dilapidado los recursos naturales; contaminado los cursos de agua y deforestado los bosques. Esa pérdida la sufre toda la población, pero los beneficios fueron para unos pocos. Por eso, la decisión de la Cámara de Diputados, de archivar el proyecto de ley que pone en riesgo el Parque Médanos del Chaco para la prospección y explotación de hidrocarburos, es una buena noticia. Precisamente en el Día de los Parques Nacionales tenemos motivos para la esperanza.
El proyecto intentaba modificar artículos de la Ley N° 5723/2016, que declara como área silvestre protegida bajo dominio público al Parque Nacional Médanos del Chaco, y habilitarlo para la prospección y explotación de hidrocarburos y minerales dentro de la reserva. Con la propuesta del diputado cartista Edwin Reimer, se había presentado como principal argumento que el Chaco paraguayo debe ser desarrollado. Sin embargo, durante el debate quedó bastante claro que se encaminó falsamente el debate hacia una pretendida contraposición entre el ambientalismo y la producción, cuando en realidad el proyecto adolecía de defectos.
No se especifica número de hectáreas, actividad específica, sino que simplemente abría las puertas a actividades como la prospección para hidrocarburos, sin tener en cuenta la participación de todos los sectores involucrados y que se verán afectados.
Apenas el año pasado, el país conoció y adoptó a tiríka, el felino que cobró popularidad como mascota en los Juegos Odesur, y tiríka es precisamente una de las especies que pueden perder su hogar si se llega a concretar la intención de que avancen las maquinarias en busca de hidrocarburos.
La ciudadanía debe saber que en Médanos existe el único acuífero confinado de agua dulce en el Chaco, además de ser zona núcleo de la Reserva de la Biósfera del Chaco en Paraguay, y que es reconocida por la Unesco, y tiene sitios arqueológicos e históricos. La potencial prospección afectará asimismo a comunidades indígenas; de hecho, Médanos es territorio ancestral del pueblo Guaraní Ñandeva y Ayoreo; es el hábitat de familias del Pueblo Ayoreo en aislamiento voluntario y corresponde a la naciente del río Timane, vital para la vida del Alto Chaco y los diferentes sistemas productivos.
En cuanto a la riqueza de su biodiversidad, Médanos es la única zona donde está presente el guanaco, así como también viven ahí el tagua, el jaguareté, el pichi ciego, que es el menor de los armadillos en Paraguay y de vida subterránea; luego hay aves muy chaqueñas, como la martineta copetona, el águila coronada, gallito copetón; reptiles, como la boa chaqueña y la tortuga de patas rojas. En cuanto a la flora destacan especies como el palo papel, el famoso yvy’a, que salvó de la sed a los soldados en la Guerra del Chaco, además de especies silvestres de plantas comestibles.
Se debería tener claro cuáles serían las técnicas de exploración, cuál es el método de extracción del hidrocarburo, cómo se va a procesar, acumular y transportarlo. Esa debería ser una condición innegociable para determinar el impacto ambiental. Los expertos mencionan el pésimo precedente de la prospección realizada por la firma CDS Energy en el 2010, en la Reserva Campo Iris, zona de Médanos; trabajos que abrieron caminos, destruyeron árboles y, sobre todo, dejaron caminos de acceso libre, por donde entraban personas a cazar o extraer recursos.
No podemos aceptar promesas populistas y poco rigurosas de que habrá gas más barato para la población. Necesitamos construir un debate democrático y participativo sobre el desarrollo armónico del Chaco. Un diálogo que se enfoque en los intereses de todo el pueblo paraguayo y no solamente en el de una minoría. Porque Médanos es de todos.