A partir de la explotación de oro en este distrito del Guairá, el paisaje de Paso Yobái cambió casi por completo.
De ser un ignoto pueblo, pasó a poblarse de obreros mineros a la sombra de quienes crecieron negocios donde no había asfalto sobre la implacable tierra colorada.
En efecto, los pobladores de esta localidad –cuya población asciende a poco más de 26.400 habitantes– han notado grandes cambios en su pueblo, tras más de 24 años de explotación del oro, que se convirtió en uno de los rubros principales que mueven la economía en el lugar.
A las casas de materiales que se levantaron dentro de las distintas comunidades de Paso Yobái, le flanquean algunas imponentes mansiones.
Una de ellas, ubicada al costado de la ruta de acceso, sorprende por su diseño señorial en forma de palacete; aunque –según un poblador de la zona– pertenece a un potentado yerbatero de la zona.
Como sea, la explotación de este mineral precioso subió unos peldaños el caché de este lugar.
La fiebre del oro inició al despuntar el tercer milenio. A partir de entonces, se abrió una luz de esperanza, ya que, inmediatamente, representó una importante fuente de trabajo para muchos de sus pobladores.
Aunque, al principio, se dieron conflictos entre empresas transnacionales y mineros locales y la proliferación de mineras informales.
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En un momento, incluso, hasta hubo enfrentamientos y batallas judiciales por un largo tiempo y de a poco se fueron acomodando.
Latin American Minerals Paraguay (Lampa) es la empresa que, actualmente, otorga la concesión del rubro a unas 40 empresas instaladas en Paso Yobái, de las más de 100 que había hasta hace unos años. Cada una cuenta con piletas de lixiviación para poder obtener el mineral precioso.
Durante un recorrido del equipo de ÚH en la zona, se pudo constatar que Paso Yobái tuvo grandes cambios durante los últimos tiempos y mediante testimonios se pudo constatar que hubo un crecimiento económico importante mediante la minería.
José Luis Ayala (36), dueño de una ferretería, dijo que antes vendía productos de la canasta familiar. Sin embargo, con la explotación del oro, rápido vio un cambio en la zona y por la falta de materiales, abrió una ferretería.
Hoy –cuenta– da trabajo de forma directa a unas 15 personas.
“Se usa mucho cemento, cal, piedra triturada, carpas, de todo vendemos. Tengo 15 personales que también reciben el beneficio con la minería, ya que esto cada vez más está creciendo. Mediante la minería cambiaron las cosas acá. En diez años, Paso Yobái está totalmente diferente”, comentó Ayala.
Nelson Benítez López (54), de la Asociación Minera Tacuru, también destacó que el oro cambió su forma de vivir, ya que le permitió brindar mejores condiciones a su familia y vecinos desde sus comienzos con la minería hace unos 15 años atrás.
Comentó que una pileta de lixiviación deja una ganancia mensual de unos G. 20 a 30 millones, de los cuales debe descontar los gastos de operativos y personales, entre otros. “Mediante el oro acá se mueven almacenes, ferreterías, quioscos, peluquerías, zapaterías y otros. Trabajamos con Lampa con nuestro emprendimiento denominado Pileta de la Suerte, que nos trae muchas satisfacciones. Respetamos a los demás rubros y queremos que ellos también nos respeten. Hacemos todo lo posible para reunir las condiciones para no dañar al medio ambiente”, agregó.
Hoy en día, en la zona se pueden observar grandes ferreterías, casas de electrodomésticos, farmacias y comedores que a diario registran un importante movimiento mediante la explotación de oro que atrae cada vez más a más trabajadores y empresarios que buscan sacar provecho del mineral precioso.