Con cada lluvia, estos desechos, clasificados como basuras peligrosas por contener metales pesados como el mercurio, hacen contacto con el agua, que luego se escurre, ya como líquido tóxico, por la pendiente, va a parar al cauce cercano y finalmente al río Paraguay, a pocos metros del lugar.
Esta acumulación se da frente a la fundación Itá Enramada. Su representante, Rubén Figueredo, promovió por años una campaña ambiental para la recolección de pilas, cuyo objetivo final era llevar a una empresa encargada de residuos peligrosos. Sin embargo, fue procesado por la mala disposición de los desechos, pese a que la misma Fiscalía de Delitos Ambientales y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) (antes Seam) apoyaban la iniciativa, recordó Figueredo.
Municipalidad en silencio. Tras un largo proceso, el Tribunal de Sentencia ordenó que los Municipios se hagan cargo del retiro de los residuos, en el año 2014. Como la acumulación se daba en ambas veredas de la calle que divide Asunción de Lambaré, solo el Municipio de capital procedió al retiro contratando a la empresa de gestión de residuos Sermat. Sin embargo, la Comuna de Lambaré no se hace cargo a pesar de que ya transcurrieron 10 años.
Durante varios días, Última Hora intentó tener la versión de las autoridades de Lambaré. Desde el Municipio señalaron que el director del Mediambiente, Edward Duarte, no iba a atender y asignaría a un vocero, pero hasta el cierre de esta edición no se reportaron. El intendente, Rosa Guido González, tampoco contestó el teléfono.
Tampoco se visibiliza acciones por parte del Mades y del Ministerio Público para que se cumpla la medida.
“Antes, cuando hacíamos campaña a nivel país, clasificábamos baterías, pilas de carbón, de litio, de gas. Hoy la gente tira como viene y no se clasifican más. Además, vienen personas adictas y roban las tapas de los tambores. Yo ya no puedo tocar más esto después de mi imputación. Por orden judicial le corresponde a la Municipalidad de Lambaré el retiro, pero eso no ocurre”, comentó Figueredo.
Campaña castigada. Don Rubén recuerda que hace 20 años realizó capacitaciones sobre temas ambientales. Luego creó la fundación junto con su familia y realizaron la campaña para concienciar sobre el desecho de pilas.
La fundación tenía un convenio con la empresa Enerpy Ambiental S.A para el retiro. “Teníamos todo un círculo, no es que no sabíamos qué íbamos a hacer. Pero un tiempo se llevó, después ya no porque tenían su burocracia”, expresó.
Don Rubén mencionó que fue imputado por quienes fueron sus aliados. “La notificación me trajeron asistentes fiscales que eran mis conocidos porque apoyaban la campaña, inclusive las multas que hacían pasaba como donación a la fundación para que siga esta campaña. Teníamos el logotipo de la Fiscalía del medio ambiente ahí”.
Su proceso judicial, expresó, se dio después de realizar denuncias como el caso de aparente vertido de lixiviado (líquido tóxico de basura) que era arrojado al río Paraguay, sin tratamiento previo, según denuncia.
“Descubrimos que tiraban el lixiviado de la basura de Cateura en el río. Entregamos el vídeo, le trajimos a la Corte Suprema para mostrarle en el sitio lo que estaba pasando”, relató. En ese periodo de denuncia, año 2014, el relleno sanitario de Cateura estaba a cargo de la concesionaria Empo SA.
“Nosotros ya no podemos tocar los recipientes con pilas y baterías, algunos están sin tapa o con agujeros y cuando llueve el lixiviado va hasta el puente y de ahí al río Paraguay. Está descuidado por el Municipio”