CORONA BLUES
Este término es definido por especialistas como la sensación generalizada de pérdida de tiempo, de proyectos, de etapas de vida y más. Hace referencia a las palabras coronavirus y blue; el color azul está relacionado con la melancolía, la tristeza y el letargo.
“El corona blues no es una enfermedad viral, sino más bien un efecto colateral de la pandemia, que afecta a toda la población mundial. Se trata de una reacción normal ante una situación anormal que estamos viviendo, por lo que podemos considerar que es una reacción adaptativa al momento actual de la pandemia”, afirma el presidente de la Sociedad Paraguaya de Psiquiatría, Miguel Ángel Cuéllar.
Durante la pandemia los niveles de estrés, ansiedad y depresión fueron aumentado a tal punto de considerarse como una nueva pandemia.
“Las personas en algún momento de la pandemia sufrieron en mayor o menor medida temor y preocupación por su propia salud y por la salud de sus seres queridos, por ello tuvieron cambios en los patrones de sueño o alimentación, dificultad para dormir o concentrarse, empeoramiento de los problemas de salud crónicos, mayor uso de alcohol, tabaco u otras drogas”, afirma.
Los síntomas principales del corona blues incluyen el miedo a tener el virus, síntomas depresivos y agotamiento.
“La sensación generalizada de pérdida agudizó la melancolía de las personas y, en algunos casos, generó una desesperanza hacia el futuro con el aumento de ansiedad y de angustia. Con la privación del contacto social, la tristeza se agudiza”, prosigue el médico.
Este estado emocional persistente genera menor tolerancia a la frustración, arrebatos de ira y de violencia. “Hoy en día vemos con más frecuencia a las personas peleando en el transporte público, o en las noticias gente perdiendo la paciencia por pequeños asuntos”.
Para finalizar el profesional destaca la siguiente recomendación: “Podemos decir como estrategia de abordaje que el reconocer y aceptar que es un momento difícil para todos ya que eso ayuda a afrontar la situación de una forma más llevadera. En este momento, más que enojarnos y culparnos a nosotros mismos, necesitamos tranquilidad para entender y aceptar que las cosas simplemente suceden, incluso aunque a veces nos enojemos o tengamos sentimientos de ira. Es una situación sobre la cual no tenemos control, por ese motivo, buscar concentrarnos en lo que depende de nosotros y adaptarnos a lo que no podemos cambiar, sirve enormemente para evitar los sentimientos de impotencia”, recomienda el especialista en salud mental.
La depresión es uno de los padecimientos mentales más comunes en el mundo y con la aparición del Covid-19 resaltaron con más fuerza los síntomas que fueron denominados corona blues.
Otras recomendaciones
Miguel Ángel Cuéllar deja algunas recomendaciones a tener en cuenta si la persona se encuentra en esa situación depresiva:
–Mantenerse al día con las noticias, pero limitando la exposición a los medios de comunicación. Evitar continuamente las noticias negativas puesto que esto incrementará la ansiedad y la preocupación.
–Estar en contacto con personas de confianza, es la mejor forma de reducir la ansiedad, la depresión, la soledad y el aburrimiento durante un aislamiento social.
–Relajar el cuerpo a menudo con técnicas de respiración profunda, meditación, relajación muscular
–Realizar actividades entretenidas.
–Es aliviante dialogar con personas cercanas.
–Mantener buen ánimo y considerar que este aislamiento puede resultar provechoso.
–Es fundamental realizar un tiempo de ejercicio, disminuye la tensión, inquietud y estrés.
–Marcar horarios de comidas, trabajo, deberes académicos, lecturas: si es un escolar, horarios de clases, si está trabajando en domicilio marcar unos horarios, personas mayores hacer las tareas que haría habitualmente.
–Mantener una periodicidad vigilia-sueño estable y saludable.
–Dietas alimentarias adecuadas, equilibradas y saludables.
–Evitar el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias de abuso.
–Recuperar tiempo de actividades y juegos con los niños y adultos mayores.
–Reiniciar actividades y aficiones que fueron postergadas por falta de tiempo.
Si los síntomas persisten a lo largo del tiempo, empeoran o disminuyen la funcionalidad de la persona, consultar con un profesional de la salud mental.