La especialista mencionó que, justamente, controlar la inflación es el gran desafío de este año y que deriva de uno de los shocks externos que golpeó a Paraguay y a muchos países.
En su análisis, arrancó con los resultados consolidados del primer trimestre de este año, con un primer dato que daba cuenta de que la actividad económica estuvo peor de lo pensado, producto de la sequía.
“El desempeño del resto de los sectores, salvo el agro y la producción de energía eléctrica, evolucionó de un decrecimiento del 2% trimestral a un crecimiento del 0,6%”, dijo, para agregar que a mayo los indicadores mejoraron y en los meses siguientes aún más.
PIB. Al situar el producto interno bruto (PIB) del Paraguay, indicó que hasta 2019 venía creciendo con niveles históricamente altos, por lo que luego de la pandemia y como efecto de la guerra en Europa, al país le costará mucho volver a esos estándares.
Tampoco el mercado laboral se recuperó aún a nivel local, por lo que —a criterio de la profesional— el Banco Central del Paraguay (BCP) debe dar señales desinflacionarias, pero sin generar shocks que compliquen más a la actividad económica.
En cuanto a los indicadores que maneja la consultora, y que aparecen bajo el título Informe de coyuntura, de julio de este año, lo correspondiente a exportaciones paraguayas indican que a junio cayeron 18,4% en términos interanuales, afectadas principalmente por la caída de la soja (-50,9%). Pese a la caída de las exportaciones totales, algunos sectores como cereales (60,7%) y carne (5,0%) crecieron en términos interanuales, según recordó.
Por el lado de las remesas, situó una caída del 6,1% en mayo respecto al mismo periodo del año anterior. “Pese a la caída en términos interanuales, las remesas en general presentaron crecimientos frente al mes anterior, destacándose las de Francia (+35%) y Japón (+18%)”, resalta el informe facilitado por Grant Thornton.