A toda prisa maquinarias de gran porte remueven la tierra donde existe efluente color morado, que temen ponga en peligro al cercano arroyo Caañabé. Esta actividad se visualiza desde hace días en el área donde termina el estancamiento de más de dos hectáreas, en el predio de la empresa de procedencia brasileña Durli Leathers SA, procesadora de productos y subproductos de origen vacuno, ubicada en el límite de las ciudades de Paraguarí y Carapeguá.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) estableció que la empresa debía realizar el retiro del líquido y remover los taludes colocados para reponer las condiciones naturales del área convertida en un gran tajamar. Consultado sobre el procedimiento de remoción de suelo, el director de fiscalización de Mades, Julio Mareco, señaló que si se mezcla con la tierra los elementos químicos del efluente seguirán en el lugar. “Ellos deberían recolectar, ya sea con motobomba o electrobomba, todo eso para que vuelva a su planta de tratamiento”.
Luego añadió que en una intervención realizada ayer por la tarde, fiscalizadores constataron incumplimiento de la suspensión de actividad en la fábrica, ya que seguían funcionando algunos fulones, recipiente donde se procesa el cuero. “Es justamente donde se genera el efluente”, dijo.
Agregó que los representantes se negaron a que se realice la toma de muestra del efluente.
POBLACIÓN. Pobladores integrantes del grupo Guardianes del Arroyo Caañabé realizaron un comunicado exigiendo al Mades, al Ministerio Público y a la Comisión Nacional de Defensa de los Recursos Naturales (Conaderna) su efectiva acción para eliminar la acumulación de efluente no autorizada.
Manifiestan su preocupación, ya que “podría desbordar y llegar hasta el cauce del Caañabé, empeorando la degradación que ya han ocasionado los vertidos al principal tributario de los humedales del Ypoá, inscripto como sitio Ramsar, por el que se obliga Paraguay a conservarlo bajo supervisión internacional”, destaca el comunicado.
El señor Carlos Zárate, quien integra la asociación, manifestó que desde el 2019 se movilizan ante la contaminación y mortandad de peces registradas en el arroyo Caañabé, que desemboca en el Ypoá.
Por el caso, los representantes de la empresa fueron imputados por presunto tratamiento ilícito de desechos y delitos contra el medioambiente; sin embargo, los moradores lamentan que el proceso sea lento.
Trabajadores. Ante la suspensión de las actividades en la fábrica los funcionarios empezaron a realizar manifestaciones y cierre de rutas por la medida.
“Lamentamos que la empresa utilice la conciencia de la ciudadanía al decir que se va a cerrar por persecuciones. Cuando lo que se busca es corregir el error, hacer bien el trabajo y seguir trabajando. Nosotros no buscamos perjudicar, lo que queremos es que trabajen bien sin perjudicar el ambiente”, señaló la hermana Cyntia Núñez, misionera redentorista.
En el comunicado d el grupo de Guardianes responsabilizan sobre cualquier represalia que puedan sufrir los integrantes.
CONTRAPARTE. La representante de la empresa, Lenisse Fell, alegó que no existe contaminación. Dijo estar abierta a brindar la versión de la firma, pero lo hará con la presencia de sus técnicos ambientales.
Se negaron a la toma de muestra de efluente y se constató que seguían operando algunos fulones para tratar cuero. Julio Mareco, Dir. Fiscalización Mades.
No buscamos perjudicar a nadie, lo que queremos es que trabajen bien sin dañar el ambiente. Cyntia Núñez, Hna. redentorista.