El último escándalo de fondos millonarios que otorgó alegremente el Poder Ejecutivo al Legislativo, en total la suma de G. 4.280 millones, para diversas obras, incluido el obelisco de 40 metros conmemorativo “Héroes del Chaco”, despertó la indignación ciudadana y el reclamo de sectores gremiales del área de salud, educación y otros que señalan las urgentes necesidades en el país que no están siendo atendidas.
REALIDAD PARALELA. Cabe recordar que mientras el salario mínimo aumentó apenas G. 100.000 este año, los parlamentarios tuvieron un aumento salarial de G. 5.125.160, subiendo los montos de dieta y gasto de representación.
De venir ganando mensualmente G. 32.774.840, desde este año, los senadores y diputados perciben mensualmente G. 37.900.000, gracias al autoaumento que aprobaron a fines del año pasado en el Presupuesto General de la Nación de este año (PGN 2025).
Además de los parlamentarios, varios funcionarios privilegiados de la Cámara de Senadores también recibieron aumentazos, como el caso del secretario general del Senado, Antonio Sánchez, que desde este año gana G. 37.672.320, y varios parientes políticos suyos también recibieron aumentos.
La sobrina política del presidente del Congreso también recibió un aumentazo y pasó a ganar G. 9.500.000, teniendo apenas 19 años y sin título universitario.
Los neposobrinos de la senadora Noelia Cabrera, descubiertos como planilleros por la investigación de ÚH y Monumental, también ganaban salarios de G. 13 millones y G. 8 millones.
El Congreso además impulsó obras en la sede legislativa que costaron unos G. 20.000 millones, según detalló el propio titular, Basilio Bachi Núñez, quien continuó lo iniciado por su antecesor, Silvio Ovelar, que había parado las obras por las críticas.
Tras las críticas al proyecto de obelisco, Bachi dijo que finalmente no impulsaría dicha obra y que utilizaría el dinero en la reparación de los ascensores del Congreso, que ya dejaron atrapadas a varias personas.
Sin embargo, en junio de este año, el presidente del Legislativo había anunciado que el Gobierno de Taiwán donaría USD 8 millones para reparar los ascensores del Congreso.
El derroche e indiferencia hacia las necesidades ciudadanas despertó una ola de indignación y críticas.