La joven Gissella Eliana Milea Otto, de 28 años, condenada a 40 años de cárcel como coautora del asesinato de un hombre por placer, se quitó la vida ayer en una celda de la penitenciaría de mujeres Casa del Buen Pastor. Además, otra interna también perdió la vida de manera súbita en su lugar de reclusión.
La fiscala de turno Natalia Silva confirmó ayer ambos casos y aseguró que en ninguno de ellos existe signos de violencia, dejando en claro que se trató de un suicidio y el otro de una causa natural.
También mencionó que los dos fallecimientos ocurridos en el Buen Pastor son por causas y circunstancias diferentes.
La otra interna fallecida es Gissella Favero (26), quien sufrió un infarto fulminante y fue hallada sin signos de vida en su cama.
Esta situación provocó que los ánimos de las demás internas se alterasen, pero la situación fue rápidamente controlada por las celadoras del reclusorio.
En un primer momento se manejó el dato de que las reclusas habían intentado realizar un amotinamiento; sin embargo, la versión fue descalificada por la representante del Ministerio Público, quien alegó que las internas estaban alteradas debido a los hechos ocurridos en el penal.
EL CASO. Gissella Milea fue condenada a 40 años de cárcel junto a Isaías Raúl Torres, al ser hallados culpables del asesinato de Agustín Rodrigo Bogado Quintana.
Durante la investigación del caso, la Fiscalía pudo comprobar que la pareja cometió el crimen con saña por puro placer. Esto se pudo conocer a través de los intercambios de mensajes que mantuvo la pareja antes y después de cometer el macabro crimen. De hecho, son aproximadamente 4.000 mensajes que fueron rescatados por la Fiscalía de los teléfonos celulares y que fueron contundentes a la hora de aplicar la sentencia.
La condena se dio fundamentalmente con la comprobación de estos mensajes entre ambos comentando cómo disfrutaron del sufrimiento de la víctima, quien murió agonizando en su casa a causa de una golpiza. Incluso, la pareja, una vez cometido el crimen, fue a un motel a “festejar”.
La víctima, que era locutor, fue hallada muerta en su casa del barrio San Cristóbal de Asunción, en la mañana del 8 de febrero del 2014.