19 sept. 2025

comunidad Sawhoyamaxa

Conforme a su obligación de restituir los derechos básicos del que fueron vulnerados los Pueblos Indígenas, el Gobierno informó mediante la página del Mitic que el Estado paraguayo ha dado cumplimiento a la publicación de la sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en el caso de la comunidad Yakye Axa, del pueblo Enxet Sur, asentada en el Chaco paraguayo.
Un video muestra cómo un empleado del alemán Heribert Roedel amenaza con arma de fuego al líder de la comunidad indígena Sawhoyamaxa. Los nativos siguen aguardando la titularidad de sus tierras, que fueron restituidas mediante una ley que expropia 14.404 hectáreas en Presidente Hayes.
La comunidad Sawhoyamaxa recuperó sus tierras mediante la promulgación de una Ley con la que se le restituye la propiedad despojada hace más de 20 años. Sin embargo, el actual propietario presentó una acción de inconstitucionalidad que no permite iniciar el proceso de trasferencia del título. Los nativos están temerosos por la decisión de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
A pesar de promulgarse la ley que devuelve sus tierras a la comunidad Sawhoyamaxa, el proceso de entrega de título se alarga ante una acción de inconstitucionalidad. Mientras tanto los nativos que reocuparon parte de su territorio viven con temor ante el enojo del propietario que debe vender forzosamente las fincas.
El Ejecutivo promulgó la ley por la que se restituye a los Sawhoyamaxa sus tierras despojadas hace más de 20 años. Finalmente, Paraguay cumplirá con la sentencia del 2006, de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Un grupo de la comunidad Sawhoyamaxa marcha este lunes sobre calle Palma, en el microcentro de Asunción. Piden al presidente Horacio Cartes promulgar la ley, sancionada en el Congreso, para recuperar sus tierras ancestrales.
Miembros de la comunidad Sawhoyamaxa se manifestaron frente al Congreso en reclamo de la devolución de sus tierras, cuyo proyecto trata este jueves el Senado. Los nativos quieren recuperar su propiedad luego de haber vivido 23 años a la orilla de la ruta, “como esclavos”, tras una expulsión.