Rolando Barrios, uno de los voluntarios que trabaja en el servicio de comidas, señaló que desde que empezó la pandemia del coronavirus iniciaron esta actividad primero con ollas populares, pero después convirtieron ya en un comedor comunitario instalado en el barrio Santo Domingo, uno de los vecindarios más humildes de Santa Rosa del Aguaray. Recibían regularmente víveres del Ministerio de Desarrollo Social y el comedor funcionaba en el local de la capilla del barrio, pero hace días decidieron cambiar el local instalándose en un predio cedido por la Municipalidad y bajo carpa están cocinando.
Lo más grave, según Barrios, es que hace unos días recibieron un mensaje del ministerio de que se cortaba la entrega de víveres. “Llama mucho la atención de cómo nos cortaron la entrega de víveres. Creemos que fue por cuestiones políticas”, señaló.
Agregó que “porque una concejala fue quien nos consiguió y nosotros ahora estábamos haciendo gestiones en la Gobernación y en la Municipalidad buscando que nos construyan un local propio y creemos que fue por esa razón que nos cortaron la ayuda y nos dejaron prácticamente sin insumos para cocinar”.
“Los niños son los que más se ven afectados con esta medida. Es por eso que estamos recurriendo a los amigos, al cuerpo de bomberos y a otras instituciones para seguir dando de comer a estos niños”, explicó el voluntario Barrios.