La División de Obras Particulares de la Municipalidad de Ciudad del Este, históricamente señalada por la acumulación de expedientes y la lentitud en los trámites, está atravesando una transformación significativa. En los dos primeros meses de 2025, gracias a un conjunto de medidas técnicas y administrativas, la dependencia reportó un incremento del 151% en la recaudación, un dato que refleja mucho más que un éxito financiero: habla de un cambio profundo en la gestión institucional.
En enero, los ingresos municipales alcanzaron G. 920 millones, lo que representa un aumento del 188,1% respecto al mismo mes de 2024. En febrero, se registraron G. 596 millones, con una suba del 109,6% interanual. En conjunto, más de G. 1.500 millones ingresaron por conceptos vinculados a obras particulares: Permisos de construcción, regularización de planos, inspecciones técnicas y otros servicios afines.
CLAVES
Este notable salto se debe a un proceso de reordenamiento liderado por la Dirección de Área Urbana, que puso el foco en la actualización de datos, la digitalización de expedientes y la formalización de procedimientos internos. En esencia, se trató de un esfuerzo por recuperar el control sobre una dependencia que por años funcionó con esquemas incompletos, rezagados y muchas veces ineficientes.
Durante mucho tiempo, una parte considerable de las obras privadas en la ciudad no contaban con permisos, ni tenían planos aprobados, o directamente quedaban fuera del radar municipal. Las inspecciones se realizaban de forma esporádica o quedaban inconclusas. Hoy, gracias a una base de datos más actualizada, se logró detectar obras no registradas y acelerar los procesos para aquellos ciudadanos y empresas que desean ajustarse a la normativa.
CULTURA RENOVADA
La transformación también se siente en las calles. Los fiscales municipales, correctamente identificados, cumplen funciones con mayor eficiencia bajo un protocolo que incluye notificaciones regulares y visitas programadas, fortaleciendo la percepción de formalidad, legalidad y control.
La Municipalidad ha reafirmado que este esquema de fiscalización sistemática continuará, como parte de una política de transparencia y orden urbano. No se trata solo de recaudar más, sino de elevar los estándares de seguridad, legalidad y planificación urbana.
El impacto positivo de esta gestión se traslada directamente a la ciudad: Con mayores ingresos, la administración puede destinar más recursos a infraestructura pública, recuperación de espacios urbanos y servicios comunitarios. Fondos que anteriormente se perdían por descontrol ahora se reinvierten en beneficio ciudadano, según destacan desde la Comuna.
CAMBIO DE CHIP
Pero el avance más importante quizás no se mida en cifras. En un Municipio que por años ha cargado con el peso de la desconfianza ciudadana, este tipo de logros sientan precedentes: Muestran que es posible hacer gestión pública con eficiencia, enfoque técnico y vocación de servicio.
Modernizarse no significa solo digitalizar trámites, sino también construir legitimidad paso a paso, en la calle, en la oficina y en el vínculo con la ciudadanía.
Claro está que el desafío apenas comienza. La regularización de obras es solo uno de los múltiples frentes abiertos en la agenda urbana de Ciudad del Este. No obstante, este primer logro demuestra que cuando se prioriza la gestión técnica y se ordenan los procesos, se pueden generar resultados estructurales.
Ahora, el desafío es sostener este impulso. La pregunta es si la eficiencia lograda podrá mantenerse a lo largo del tiempo, si el enfoque técnico seguirá siendo una prioridad política, y si la mayor recaudación se traducirá en obras tangibles que la ciudadanía pueda ver, disfrutar y sentir en su vida diaria.