04 sept. 2025

Caso funcionaria judicial: “No se puede descartar a personas por tener influencia”

La fiscal del caso del crimen de la funcionaria del Poder Judicial de Luque, Zully Figueredo, afirmó que la investigación está en la etapa preliminar y que no pueden descartar a ninguna persona solo por tener influencia, en alusión al hijo del ministro de la Corte Sindulfo Blanco, quien era jefe de la joven asesinada.

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En este auto fue hallada muerta la mujer, al costado del club Rubio Ñu de Luque. | Foto: Fernando Calistro.

María Verónica Gariazu, la funcionaria judicial que fue hallada muerta en la madrugada del sábado, se desempeñaba además como secretaría privada de Rodrigo Blanco, hijo del ministro de la Corte Sindulfo Blanco. Este hecho fue divulgado por el tío de la víctima, quién sostuvo que se debería investigar también al hombre.

Al respecto la fiscala Zully Figueredo sostuvo que no se puede descartar ningún elemento y que todo lo que haga falta para beneficio de la investigación, se va a realizar.

“Se tiene que hacer sea quien sea. No importa que sea el “hijo de” porque estamos hablando de un hecho de homicidio. No se puede descartar a unas personas por tener influencia o ser figura conocida”, afirmó la fiscala a Monumental 1080 AM.

Indicó que si hay una vinculación que lleve a aclarar el crimen, se va tener que tomar alguna determinación, sea quien sea.

La fiscala fue cuestionada por el tío de la víctima, Jorge Lara Escobar, que según él, tuvo errores de procedimiento y tendría que ser apartada del caso.

El hombre también dejó entrever que hay personas poderosas detrás de este caso, ya que los autores del hecho se llevaron el teléfono de la víctima.

“Si hay que investigar a poderosos, hay que investigar. No nos está cerrando la versión que hay una persona de sexo femenino que la pretendía a mi sobrina. Le pido señor fiscal general que haga justicia con esta señorita, porque ese es el deber del Ministerio Público. La sociedad tiene que saber por qué se le mató", agregó.

El crimen. La víctima María Verónica Gariazu, de 29 años, murió de tres disparos: uno en la cabeza, otro en el cuello y otro en el tórax. Hasta ahora, la Policía y la Fiscalía no pudieron dilucidar cómo se produjo el crimen.

La víctima se encontraba dentro del automóvil Nissan Sunny de su pareja, Diego Armando Coronel Espínola. El vehículo estaba estacionado al costado de la cancha de fútbol del club Rubio Ñu de Luque. Vecinos de la zona alertaron a la Policía al ver a la mujer ensangrentada. Testimonios indican que el rodado estuvo estacionado ahí desde las 16.00 del viernes.

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