La detención se llevó a cabo en la compañía Marín Ka’aguy, de la ciudad de Luque.
Se trata de Ángel Caballero León (28), quien es considerado sospechoso del asalto perpetrado en una estación de servicio del barrio Mora Cué, que fue captado por cámaras de seguridad y se hizo viral por la nula reacción de un agente policial que se encontraba en la puerta del comercio.
Los intervinientes indicaron que el hombre fue identificado gracias a “la ayuda de la ciudadanía”, que aportó datos que hicieron que los uniformados pudieran llegar hasta su domicilio.
Caballero León no cuenta con antecedentes penales y habría ingresado al mundo de la delincuencia por su adicción al crac, que supuestamente lo llevó a cometer asaltos para poder comprar las dosis de las drogas.
De su poder se incautó un revólver con cartuchos sin percutir, arma que habría utilizado para cometer los asaltos.
El hecho ocurrió el martes y cámaras de seguridad captaron cuando el supuesto asaltante ingresó a robar en la estación de servicio.
Luego salió con dinero robado y un arma en la mano. El hecho dejó congelado al suboficial que estaba afuera, quien dejó al asaltante que escapara sin intervenir.
No se ajusta. Respecto a la actitud del suboficial, el comisario retirado Antonio Gamarra mencionó que el actuar del suboficial que quedó inmóvil ante un asaltante no se ajusta al protocolo de la Policía Nacional, ya que todo policía debe intervenir en un hecho de dicha naturaleza.
“Yo tendría una crítica hacia los superiores del suboficial por lanzarlo solo a que se pare frente a una empresa donde se maneja dinero; por lo menos debe estar con él uno más antiguo para adquirir experiencia”, refirió.
Por su parte, el comandante de la Policía Nacional, Carlos Benítez, declaró durante una reunión, que el uniformado le enumeró los motivos de por qué no usó el arma que portaba en ese momento.
El afectado le explicó que no sacó el arma porque el hombre armado “no representaba una amenaza” y no sabía si estaba “alcoholizado, drogado o si podía reaccionar ante el movimiento de la mano quitando el revólver”.
“Actuó bien –dijo–, porque si desencadenaba un tiroteo, el efecto colateral es impredecible. Si estaba en ese mismo lugar y habiendo egresado recién, hubiese actuado de la misma manera”.
