Desde el Palacio de La Moneda, Boric anunció la salida de dos de sus pilares: la ministra de Interior, Izkia Siches, médico independiente que enfrentó dificultades tempranas una vez asumido el cargo, y Giorgio Jackson, ministro secretario general de la Presidencia (Segpres), su mano derecha, al que entregó un ministerio de menor relevancia.
Con el doloroso resultado del plebiscito aún fresco, que empoderó a la oposición, Boric optó por amortiguar el efecto adverso ampliando su gabinete con figuras de la ex Concertación y del Socialismo Democrático -hasta ahora con un papel secundario en la coalición- mayor presencia en su anillo más influyente: el comité político.
Durante el cambio de gabinete, Boric reconoció que este es “uno de los momentos más difíciles” desde que en marzo asumió la jefatura del Estado, y pidió gestar una “nueva coordinación del Gobierno” que “fortalezca la coalición” que los respalda.
Con ese objetivo, el mandatario decidió incorporar al ministerio del Interior a la cientista política, militante del Partido por la Democracia (PPD) y emblemática figura de los partidos que gestionaron la transición (Concertación), Carolina Tohá, dando espacio a un sector que hace semanas aspiraba con un puesto en el primer anillo presidencial.
A su vez, puso al frente de las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo a la abogada y militante del Partido Socialista (PS) Ana Lya Uriarte, ex jefa de gabinete de la ministra del Interior saliente, cuyo perfil puede contribuir a tender puentes con el Congreso, entidad que será protagonista para la continuidad del proceso constituyente.