Por Elías Piris | @eliaspiris
El frío se resistía a abandonar completamente a la ciudad de los lapachos en flor, tanto como los Beatles se resisten a abandonar el imaginario popular. Un público ansioso de revivir las canciones de una banda que transformó y dio vuelta por completo a la música contemporánea llegaba con las ráfagas del viento sur a su encuentro con la calidez del teatro del BCP.
Afuera, los vendedores hacían su agosto ya en la cola de septiembre ofertando posters y banderas del Reino Unido. Adentro los acomodadores hacían lo suyo: Ubicar en los distintos sectores. Nos tocó el “Yellow Submarine”. La expectativa en alza ¿Seríamos capaces de someternos a las mieles de la imaginación y transportarnos al Liverpool de los 60?
Fallidos teloneros
Exactamente 10 minutos después de las 21.00, 4 jóvenes desconocidos repentinamente aparecieron en el escenario. No, no eran los Quarrymen, eran la cantante paraguaya Melissa Hicks, y su banda. Desde el vamos todo salió mal: Arrancaron con una versión del clásico “Hit The Road Jack” de Ray Charles donde no se escuchaba la voz de Meli, y los instrumentos muy mal ecualizados. Puntos menos para el sonidista.
Como se trataba de la primera canción, todos suponían que el sonido se normalizaría, ya que siempre las bandas soporte fungen de conejillos de indias de avezados ingenieros del audio.
El público trató de “ponerle onda” con aplausos...no hubo caso, siguió sonando mal. Una nerviosa Melissa Hicks salió por el costado del escenario dejando a sus demás compañeros de grupo en una posición bastante incómoda. Los chicos se miraban con esa sonrisa forzada que delata incomodidad. Para colmo, los encargados del show ponían como música de espera “Total Eclipse Of The Heart” de Bonnie Tyler, posiblemente el tema más triste de los años 80. Parecía una broma de mal gusto a unos chicos que ni figuraban en la programación.
Quince minutos después reapareció la cantante con un público impaciente. Claro, uno no se merece presenciar algo así al pagar un alto costo por las entradas. Cinco minutos más y al fin anduvo el inexpugnable micrófono. Hicieron lo que pudieron. La dulce voz de Meli, lastimosamente quedó embarrada por la mala organización. Hay detalles que hay que prever y los grupos que tienen la titánica labor de abrir un concierto internacional merecen respeto, más si se trata de jovencitos que recién empiezan y están con todo el entusiasmo del mundo.
La noche podía arreglarse....
Luego de 20 minutos de otra tediosa espera, una pantalla anunciaba con imágenes de los tempranos 60 que los Bootleg Beatles ya estaban en escena. “Buenas tardes damas y caballeros”, arrancaba “Hard Days Night”.
Hay que destacar la genial presencia escénica del grupo tributo más consagrado. No son solo simples imitadores, son grandes músicos y hacen lo que saben.
La gente se dejó llevar y tenía frente a John, Paul, George y Ringo haciendo de las suyas.
Sonaba “Yesterday” y la transición pasaba al final de los 60 en pleno auge de la cultura Mod en el Reino Unido.
Con vestimenta y peinados distintos, abrían esta nueva etapa con Help! y la gente gozaba, cantaba, bailaba y chasqueaba los dedos de las manos.
Diez canciones más dieron paso a un pequeño receso, donde irónicamente el programador puso como “música de espera” una canción de los Rolling Stones. Cayó como la polca “18 de octubre” en una reunión de seccionaleros. Algunos silbidos, continuaba el show...
Llegó la época más experimental y progresiva de Beatles con Sargent Pepper, siguieron Lucy In The Sky With Diamonds, Magical Mistery Tour, el clásico Strawberry Fields y Penny Lane.
La etapa dura y descontrolada vino con la inefable “Come Together”, obra maestra de Paul Mc Cartney, para cerrar la noche con “Hey Jude” y “Back In The USSR”.
Concierto impecable y público gratamente sorprendido. Los Bootleg Beatles cumplieron su misión y emprendieron su retirada gloriosa. En dos horas y media vimos a los mismísimos Beatles en Asunción del Paraguay, y a quienes dicen que no, respondemos con la frase inmortal del inmortal John Lennon: “Vivir es más fácil con los ojos cerrados”.