“La Amazonia brasileña es riquísima. Eso explica el apoyo de instituciones internacionales a esa campaña respaldada por intereses oscuros a la que se unen asociaciones brasileñas, aprovechadoras y antipatrióticas, con el objetivo de perjudicar al gobierno y al propio Brasil”, declaró Bolsonaro en un discurso virtual grabado, a raíz de la pandemia de coronavirus.
INDÍGENAS Y AGRICULTORES. El mandatario ultraderechista afirmó que la mayoría de los incendios que devastan la selva amazónica y el Pantanal, el mayor humedal de agua dulce del mundo, no tiene origen criminal y los atribuyó a las quemadas que según él practican indígenas y pequeños agricultores.
“Los incendios tienen lugar prácticamente en los mismos lugares, en la parte este de la selva donde agricultores locales e indígenas queman sus pequeños cultivos para sobrevivir, en áreas ya desmatadas”, aseguró.
Los ambientalistas y defensores de derechos humanos, que consideran que los indígenas son víctimas de incendios provocados por madereros, grandes agricultores y criadores de ganado, no hicieron esperar su respuesta.
Bolsonaro “negó la gravedad de la destrucción ambiental, culpó a ‘pequeños agricultores e indígenas’ y atacó el trabajo de las organizaciones ambientales”, lamentó Camila Asano, de la ONG Conectas Direitos Humanos. El área deforestada en la Amazonia brasileña entre enero y agosto fue de 6.086 km2, en baja interanual de apenas 5% respecto a 2019, un año récord, según datos del oficial Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE). AFP