“Más que nunca vamos a pedirle a Dios que nos ayude por intercesión de nuestra madre. Somos un pueblo creyente y esta caminata es reflejo de eso. Estamos en esta tierra para ser felices y por eso tenemos que pelear por la propia felicidad, y la de todo nuestro pueblo”, dijo el arzobispo en su discurso, que estuvo marcado por el contexto económico que atraviesa el país.
El jueves pasado, el Instituto Nacional de Estadística y Censo (Indec) reveló que la pobreza en poblaciones urbanas se situó en el 40,1% durante el primer semestre del año, 0,9 puntos porcentuales por encima de la tasa registrada en la segunda mitad de 2022.
“Por eso nos tiene que doler el pueblo que está marginado, que está solo. Nos tienen que doler los hermanos que sufren, porque son hermanos que también merecen en esta vida vivir bien”, agregó el arzobispo.
“Madre, estamos en tus manos, danos fuerza para unirnos”, fue el lema de esta 49° peregrinación, que partió desde el Santuario San Cayetano en el barrio capitalino de Liniers, límite jurisdiccional con la provincia de Buenos Aires, y que finalizará hoy con una misa masiva en el Santuario de Luján.
Tradicional. Una multitud de jóvenes y adultos recorrerán unos 60 kilómetros en la ruta nacional 7, atravesando seis municipios bonaerenses, hasta llegar al santuario de Luján, donde los peregrinos contarán con asistencia de 6.000 voluntarios, así como 60 puestos sanitarios y establecimientos con comida y bebida. EFE