Se trata del mismo medio brasileño que el pasado 31 de marzo reveló que ABIN invadió los dispositivos informáticos de funcionarios del Gobierno de Paraguay para obtener información confidencial sobre la negociación de los aranceles de la hidroeléctrica Itaipú, en el marco de un tratado bilateral entre ambos países.
En aquella oportunidad, el Gobierno de Lula atribuyó el espionaje a la administración de su antecesor, Jair Bolsonaro, y aclaró que las acciones se interrumpieron al enterarse de ello, a finales de marzo del 2023. No obstante, con las nuevas documentaciones, se demuestra que el gobierno de Lula mintió al Paraguay.
FALENCIAS. Federico González, canciller nacional durante el gobierno de Mario Abdo Benítez (octubre del 2020 a enero del 2021), considera que las medidas que se tomaron por parte del Gobierno Nacional y la Cancillería tardaron un poco, pero son las que corresponden.
“Esto en el sentido de llamar a consulta a nuestro embajador, convocar al embajador del Brasil en nuestro país. También en lo referente a Itaipú. Creo también que nuestro embajador en Brasilia, Juan Ángel Delgadillo debería insistir en las respuestas que se le exigió al gobierno brasileño”, dijo respecto al diplomático paraguayo que hace dos meses no vuelve a Brasil por orden del Gobierno Nacional.
Sobre la falta de respuesta del Brasil, consideró que, atendiendo que el pedido se produjo el 1 de abril, ya debió de darse. “De hecho, con lo que se filtró y se publicó, en la investigación que se está llevando a cabo en el Brasil en sede judicial es evidente que se materializó entonces debió haberse dado la respuesta del Brasil”, comentó a ÚH el ex ministro de Relaciones Exteriores.
MEDIAS VERDADES. Jorge Silvero, analista político, sostuvo que nuestro país tomó las medidas diplomáticas habituales, como convocar al embajador brasileño e iniciar una investigación penal, pero que esto no es suficiente.
“Falta más. Pedir informes y esperar respuestas es una posición pasiva y solo se obtendrán mentiras y verdades a medias a cuenta gotas. El caso debe ser llevado a un ámbito multilateral como Mercosur, la Organización de los Estados Americanos (OEA) y denunciar esa nociva práctica y solicitar medidas: declaraciones de condenas a actos así, y proponer compromisos internacionales que, si no se cumplen, el estado infractor sea sancionado”, manifestó.
Instó a que la práctica de espionaje sea denunciada a los cuatro vientos como una mala práctica internacional para que no se vuelva una costumbre en las relaciones entre países latinoamericanos.
“Claramente, el Paraguay debe abrir un proceso de declarar a Brasil ‘no confiable’ o similar y dejar abierto hasta que se den por terminadas las respectivas investigaciones en términos satisfactorios. Y conforme a dicha declaración tomar medidas secundarias. En el ámbito penal interno, es de esperarse que al menos se dicten órdenes de detención contra funcionarios de inteligencia de Brasil”, manifestó Silvero.