La decisión anunciada por el sector fue adoptada a 85 días de la asunción de Fernández, quien pidió a los grandes propietarios de campos y de la producción agrícola un esfuerzo para normalizar una economía que lleva casi dos años de recesión y que está en negociaciones con el FMI y acreedores para evitar un nuevo default de la deuda pública.
Las patronales habían declarado ya su desacuerdo con el incremento de la carga impositiva esgrimiendo que “nuevamente será el campo el que pagará las deudas y los costos de una crisis” que no generó.
El Gobierno argentino, cuyo país es uno de los principales productores y exportadores mundiales de soja y derivados, comunicó el martes último a los agricultores que elevará la tasa que aplica a la exportación de este grano, una medida que busca mejorar los ingresos fiscales de la segunda economía suramericana, hundida en recesión desde 2018.
La decisión fue comunicada en una reunión entre el ministro de Agricultura, Luis Basterra, y la denominada Comisión de Enlace, integrada por las cuatro mayores patronales agropecuarias del país. “Se nos comunicó que los derechos de exportación a todo el complejo sojero se elevarán al 33%, exceptuando aquellos productores que ingresarán a un sistema de compensaciones”, dijeron las patronales. La alícuota del derecho de exportación -llamado “retención” en Argentina- es hoy del 30% para los envíos de soja y derivados (aceite y harina). EFE Y AFP