Todo se inició con bastante vehemencia y nerviosismo, en un hecho incomprensible, por lo que el árbitro debió poner orden en la cancha y repartir cartulinas.
Producto de ello, Carlos Paul Benítez, muy tempraneramente, tras revisar el VAR, mostró la tarjeta roja al delantero solense Franco Costa, quien llegó tarde y selló un duro planchazo contra Estivel Moreira, quien debió abandonar la cancha en el entretiempo.
En ningún momento Luqueño supo aprovechar la ventaja numérica. El Danzarín, cuando se tranquilizó, manejó el juego dentro de sus posibilidades, sin exponerse y llevando algún aislado sofocón hacia Campisi.
La noche se tornó aburrida porque el nivel del juego nunca pasó de lo mediocre y si no hubiera sido porque Carlos Paul seguía exhibiendo tarjetas hubiera sido peor. Hasta que el debutante Aldo Parra metió la pata y vio la roja para dejar a Luqueño también con diez jugadores. El partido deja un sabor amargo porque el fútbol se merece algo mejor. Queda por rescatar la entereza que puso el Danzarín para aguantar 73’ con un jugador menos, aunque el Auriazul en ningún momento tuvo inteligencia para aprovechar la ventaja.
En partido carente de inspiración igualan Luqueño y Sol, en el Feliciano.
Iván Villalba
Sol edificó el empate en su sacrificada labor para aguantar la diferencia numérica durante 73’.