La tan anunciada muerte de los discos de vinilo quedó en nada y, en este mundo cada día más digitalizado, en el 2014 se vendieron en EEUU 9,2 millones de long plays (Lp), un 51,8% más que en 2013, según datos de la firma de medición Nielsen.
Por contra, las descargas de internet cayeron el 9% en el caso de discos y el 12% si se trata de canciones sueltas, según el informe de Nielsen Soundscan, que apunta que la compra de los cedes, cayeron el año pasado un 14%, hasta alcanzar los 140 millones.
Esta tendencia se refleja en el Reino Unido, el otro mercado musical más representativo del mundo y donde en el 2014 se vendieron más de un millón de copias de discos gramofónicos, según la Official UK Charts Company, que reportó que este volumen de ventas no se veía desde 1996.
Consumidores. Y es que los amantes de estos discos de 12 pulgadas juran que la experiencia es mejor, diferente. “Es un proceso desde que lo compras, lo abres, el olor... muchas cosas”, dijo Gildelgar Sánchez, dueño de una colección de 500 discos de vinilo con los cuales inició una carrera como disc jockey en los cafés y galerías de Chicago.
Sánchez resaltó que esta experiencia es “algo único” y “no se compara” con la compra de discos compactos o descargas a través de internet.
Años dorados. Los discos de vinilo fueron el formato más popular para la música entre las décadas de los cincuenta y de los noventa, hasta que la innovación de los discos compactos los superaron en ventas.
Pero ahora con más formatos para la música, incluyendo compra digital, streaming y formatos físicos, los discos de vinilo cuentan con una fiel clientela, ya sean coleccionistas o amantes de todo género de música.
Gracias a ellos se mantienen las tiendas que se especializan en la reventa de discos de vinilo, un invento que nos regaló la compañía Columbia allá por 1948.
En Paraguay también se pueden encontrar vinilos, en disquerías como Music Hall o Zeppelin.
“En los últimos años ha habido un resurgimiento de interés por los long plays de vinilo”, dijo Christian Priebe, el gerente de Dusty Groove, una tienda de Wicker Park.
Esta tienda está llena de discos de jazz, rock, blues, country, pero también de discos de música en español, especialmente, los discos del sello Fania, el cual produjo y grabó a todos los astros de la música salsa en los setenta y ochenta del siglo pasado.
Priebe indicó que los tradicionales discos de plástico representan una mejor experiencia para el oyente que los otros formatos.
“Los discos de vinilo de antaño de 33 1/3 revoluciones por minuto representan un mejor formato”, apuntó Priebe, pues, en su opinión, “tienen mejor sonido y son más tangibles”.
“La cultura del vinilo no va a ceder, no se terminará, continuará”, finalizó Sánchez. EFE