Finalmente se cierra el círculo en torno a la polémica licitación para la compra de bocaditos, ya que el titular del Congreso, Roberto Acevedo, ordenó que quede sin efecto.
Ayer, pasado el mediodía, en la página web de la Dirección de Contrataciones Públicas ya figuraba que “esta convocatoria fue cancelada por la convocante”.
Lo que resultó llamativo es que se cambió el monto que en un principio estuvo estipulado en G. 1.100 millones y quedó en G. 972 millones, pero de todos modos se anuló.
Acevedo confirmó la información y manifestó su conformidad. “Sinceramente está bien. Es mucho el monto”, expresó el senador liberal.
Trajo a colación que se había decidido la reducción a G. 500 millones dentro del presupuesto para el 2017, que se analizará el próximo lunes en una sesión extraordinaria de la Cámara Alta.
Refirió que de los 45 senadores, generalmente eran unos 20 los que iban hasta el quinto piso para almorzar tras la sesión de los jueves.
“Es más nadie luego se va a comer ahí, 20 máximo. Lo que se va a resentir son cuestiones que tienen que ver con las comisiones asesoras”, indicó.
Insistió en que de su parte al menos consideraba que se tenía que eliminar el almuerzo para los senadores; no obstante, considera que no es mucho, alegando que el costo es de G. 80.000 por persona.
Volvió a recordar que un importante porcentaje del presupuesto para alimentación iba para los policías, pero que también se tendrá que recortar.
Sin embargo, alegó que hay cosas que no se pueden recortar, como las ceremonias para delegaciones de visitantes que vienen del exterior.
generó polémica. Todo un revuelo se generó en torno a la publicación sobre la adquisición de bocaditos. Este tema incluso caldeó la sesión del jueves pasado.
Tras darse a conocer estos datos, también comenzaron a saltar otros más que involucran asimismo a otras instituciones que destinan jugosas sumas a los bocaditos y almuerzos de funcionarios.
Todos los senadores que intervinieron para defender el presupuesto recibieron los aplausos de sus colegas.