El veto presidencial al proyecto de rehabilitación financiera para los pequeños productores, y que incluye el subsidio de las deudas campesinas, figuraba en el orden del día de la sesión ordinaria de este jueves.
Sin embargo, el documento no tenía los dictámenes correspondientes de las comisiones legislativas para su tratamiento.
La senadora liberal Blanca Lila Mignarro propuso un cuarto intermedio de 15 minutos para que el pleno se convierta en comisión y emita la recomendación. Para aprobar esa moción se necesitaba de 23 votos, pero solo se reunieron 14 (solo los cartistas votaron).
El presidente de la Cámara de Senadores, Fernando Lugo, no tuvo otra opción que pasar el siguiente punto del orden del día, tal vez como una estrategia, al no tener el número suficientes de votos para rechazar la objeción total del Ejecutivo.
Con el cambio de postura de los colorados disidentes y de un par de liberales queda en la incertidumbre una posible ratificación del Senado. Al parecer, solo 21 o 22 parlamentarios mantendrían su postura de acompañar el proyecto de ley y se requiere de 23 para rechazar la postura del presidente Horacio Cartes.
Los labriegos llegaron a la capital del país hace más de un mes y se instalaron en la Plaza de Armas, frente al Congreso Nacional. Desde ese lugar analizaban diariamente las medidas de presión, como las marchas por el microcentro, para que sus reclamos sean escuchados.
El proyecto de ley, que ahora queda sin efecto, otorgaba un subsidio de hasta G. 51 millones a productores con menos de 30 hectáreas, que mantienen deudas con entidades financieras. Una de las críticas era sobre el desconocimiento de la cantidad de posibles beneficiados y cuál sería el monto real.
Para el Ejecutivo no se podía postergar el bien de todos los paraguayos “privilegiando a unos cuantos ni usar la necesidad de la gente como instrumento proselitista”. Así lo señalaba el mandatario en el argumento de su objeción total.
“Entendí claramente que ponerla en ejecución condenaría el futuro económico de nuestro país. Si fuese necesario, prefiero condenar mi futuro político antes que condenar al Paraguay”, había expresado el jefe de Estado.