Llegó sin hacer mucho ruido y ahora disfruta de la consagración. Ese es Roberto Tiburón Torres, quien solo prometió sacrificio, pero con trabajo y perseverancia demostró toda su sapiencia.
Es cierto, el empate que consiguió anoche, sin goles, el Gumarelo frente a un ambicioso Guaraní fue angustioso, pero hizo los puntos necesarios y se quedó con el título. Es el mejor del fútbol paraguayo en este primer semestre del año.
En el ruido de la consagración tampoco se debe olvidar la tarea que había iniciado el profesor Eduardo Rivera, quien dirigió 12 juegos y después creyó conveniente dar un paso al costado para permitir un poco de nuevos aires a los integrantes del plantel.
En el fútbol y como en los diferentes ámbitos no hubo la casualidad y la consagración es producto de un objetivo que se trazaron los futbolistas, directivos e integrantes del cuerpo técnico.
PLANIFICACIÓN. En Libertad, como en otros clubes, la presión siempre está ahí latente, mas Torres supo manejar las situaciones y el producto de todo hoy está a la vista. Y eso que en su debut no le fue bien, porque perdió por 2-1 con Sol de América, equipo que se perfilaba como potencial candidato a llegar en lo más alto.
El encuentro de anoche ante Guaraní también fue una prueba importante para Libertad, que quedó con 10 futbolistas a tan solo 26' del partido.
Sin embargo, el Gumarelo en los momentos más apremiantes demostró que es sólido en la defensa, porque puso el alma y la vida para alcanzar la consagración.