La Policía Nacional presentó al Ministerio Público la transcripción parcial de las conversaciones mantenidas por los altos jefes policiales en la frecuencia policial del área metropolitana durante los hechos ocurridos en la noche del 31 de marzo y 1 de abril pasado, cuando se dieron la quema del Congreso de la Nación y la muerte del joven liberal Rodrigo Quintana.
Llamativamente, falta el momento del ingreso de los agentes al Partido Liberal Radical Auténtico, donde se produjo el asesinato de Quintana. No se tienen los datos de casi media hora de comunicaciones que se dieron entre el director de Orden y Seguridad, comisario general Luis Cantero, y los subalternos, como el comisario del Área Metropolitana, comisario principal Hermógenes García; el jefe de la Comisaría 3ª Metropolitana, Amado Cantero, y de la 7ª, comisario principal Carlos Cáceres.
Hasta el momento, se desconoce el motivo por el cual los altos jefes policiales y el propio Ministerio del Interior no hicieron la transcripción del momento en que se produjo el crimen en la sede del PLRA. Dicha grabación se encuentra en los archivos de la Policía y sería clave en la investigación.
Corte. El documento presentado contiene las transcripciones desde la 00.00 hasta las 01.47, con el faltante de 32 minutos, ya que el audio se interrumpe desde las 00.25 y recién se normaliza a las 00.57, obviando la hora exacta en que los agentes irrumpen en el local partidario, a las 00.34, cuando además dieron muerte al joven dirigente liberal de Paraguarí.
Desde las 00.57 se escucha la conversación entre el jefe de la Comisaría 3ª Metropolitana, comisario principal Amado Cantero, con el director de Orden y Seguridad, comisario general Luis Cantero. El primero le dice al superior que alrededor de 50 personas ingresaron al PLRA, por lo que el otro le pide rodear la sede para luego aprehender a los presuntos belicosos.
Posteriormente, el propio Luis Cantero ordena al jefe policial del Área Metropolitana, Hermógenes García, no ingresar. Es esta parte del audio la que el propio viceministro de Seguridad, Ariel Martínez, había presentado como prueba de que las órdenes eran las de no entrar al PLRA, mandando solo al frente y apuntando como único culpable del hecho al suboficial Gustavo Florentín, quien ingresó al local partidario.
Defensa. Florentín dio su versión de los hechos y entre otras cosas acusó a su par Arnaldo Báez de haber sido el que realizó el disparo en contra de Quintana. Asimismo, refirió que el día en que se dio la toma y quema del Congreso hubo orden por parte de Prudencio Burgos y Enrique Isasi de abandonar el lugar, pese a que contaban con personal suficiente -habló de 15 pelotones- como para hacer frente a los manifestantes.
El suboficial, único imputado por el asesinato, además refirió que el actual ministro del Interior, Lorenzo Lezcano, le ofreció “dinero y casa” con la condición de que acepte la responsabilidad del crimen. El secretario de Estado negó que haya hecho tal ofrecimiento. Las pesquisas de la Fiscalía avanzan lentamente.