EFE
Las autoridades de ambos países “consensuaron” impulsar acciones conjuntas en materia de intercambio de información con el objetivo de trabajar contra los grupos criminales que operan de manera transnacional, “principalmente, en puntos de frontera” entre Brasil y Paraguay, según informó el ministerio de Interior.
La semana pasada varias decenas de asaltantes ejecutaron un millonario atraco en la sede de la empresa de caudales española Prosegur en Ciudad del Este, la segunda mayor urbe de Paraguay.
Aquel suceso derivó en la huida de parte de los asaltantes a Brasil a través del río Paraná, frontera natural entre ambos países, y una serie de operaciones a ambos lados de la frontera para la detención de los implicados y la incautación de armas, autos, dinero y evidencias.
Ayer fue expulsada a Brasil, tras ser detenida en Ciudad del Este el martes, la supuesta “asesora legal” y administradora de bienes de la banda criminal brasileña Primer Comando de la Capital (PCC), sospechosa de estar detrás del atraco a Prosegur el lunes de la semana pasada.
Su arresto fue el vigésimo realizado entre las fuerzas policiales de Paraguay y Brasil en relación al atraco de Prosegur, aunque 7 de los detenidos han sido puestos en libertad.
En las operaciones entre los dos países se han recuperado 1,5 millones de dólares, 230 millones de guaraníes (41.180 dólares) y 186.000 reales (58.000 dólares), todo en efectivo.
Asimismo, las autoridades se incautaron de 21 vehículos, la mayoría de ellos blindados, que fueron utilizados durante el asalto y la huida, algunos para transporte de personas, armas, explosivos y el dinero robado, o también para bloquear carreteras o dar cobertura durante el atraco.
En cuanto al armamento, los policías decomisaron cuatro fusiles de asalto AK-47, dos armas antiaéreas de calibre .50, munición para estas armas, chalecos antibalas, siete kilos de dinamita y diversos materiales de equipo táctico de asalto, como miras de precisión.
El PCC es una organización criminal dirigida desde las cárceles en el estado de Sao Paulo y que es considerado el mayor grupo criminal de Brasil.
El atraco a la sede de Prosegur implicó a unos 50 asaltantes, que utilizaron varios vehículos blindados y supuestamente explosivo plástico C4 para destruir la fachada del edificio, robaron y quemaron vehículos en su huida, y cruzaron en lancha a Brasil.