VILLARRICA
Una nueva mortandad de peces se registra en el río Tebicuarymí, que cruza por el distrito de Itapé, Dpto. del Guairá. La fiscala Martha Leiva confirmó la información y señaló que han tomado muestras el miércoles alrededor de las 18.00, tras recibir una nueva denuncia relacionada con la contaminación de ese cauce hídrico. Esta vez, los peces muertos tienen signos de un mayor impacto generado por algún producto nocivo. Específicamente, se puede observar que los ojos de las especies fueron considerablemente afectados. “Es la primera vez que pude observar peces muertos con esas características”, dijo Leiva.
Debemos recordar que recientemente se produjo una situación similar, oportunidad en que la Fiscalía del Medio Ambiente allanó la Azucarera Paraguaya de Tebicuary (AZPA) con el objetivo de realizar los procedimientos de rigor. Esa gestión fue por disposición del juez en lo Penal del Medioambiente, abogado Bienvenido González, quien prometió actuar con todo el peso de la ley para castigar a los responsables de este delito ambiental que se repite periódicamente. Las muestras tomadas en aquella ocasión fueron enviadas a Asunción, y según adelantó la fiscala Martha Leiva, los resultados se tendrían en el transcurso de la semana venidera.
Por su parte, Édgar Dietrich, poblador de la zona, sostuvo que la presunta responsable de esos reiterados delitos ambientales, fatales para la fauna ictícola, es la Azucarera Paraguaya, Sociedad Anónima, de Tebicuary. “No es extraño que esto ocurra en un tiempo lluvioso, teniendo en cuenta que la azucarera siempre aprovecha estas condiciones climáticas para verter sus desechos al río”, comentó.
Indicó que con ayuda de canoeros que operan en las adyacencias del santuario natural de la Virgen del Paso, realizó un recorrido por las aguas, donde comprobó la existencia de un desagüe que estaba desechando residuos. Al referirse a los peces muertos, Dietrich refirió que las especies presentaban apariencias monstruosas y que hasta los pescadores se sorprendieron.
Manifestó su preocupación por los ribereños que consumen esos pescados, debido a la sustancia nociva y desconocida que produjo la mortandad.