Los miembros de la Coordinación Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores (Connats) recuerdan a los niños masacrados en la batalla de Acosta Ñu, en la Guerra de la Triple Alianza.
Pero también rememoran que, tras la ratificación de Paraguay de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, se logró desde 1994 establecer mediante la lucha de organizaciones sociales una semana dedicada a crear conciencia sobre los derechos del niño y la necesidad de una ley especial que los proteja, especialmente a los que viven en condiciones de pobreza, violencia y falta de políticas públicas.
En ese sentido, rechazan los festejos por su día “con la entrega de chupetines y juguetes” mientras ignoran sus opiniones y sus sueños, así como su interpretación acerca de la realidad del país. “No queremos solo panchos y globo loco cada 16 de agosto, queremos un estado que proteja cumpla nuestros derechos”, expresa el comunicado.
Estos trabajadores menores de edad lamentan que a 147 años de la batalla de Acosta Ñu, hay más de 700.000 niños y adolescentes paraguayos “masacrados por la pobreza, por las drogas, por la mala calidad de la educación, la falta de trabajo digno para nuestros padres y para nosotros, por la expulsión del campo, por los agrotóxicos, por la profunda desigualdad en la distribución de las tierras y de los frutos de la tierra, porque no hay salud gratuita para nosotros, cada vez que nos enfermamos o se enferma nuestra familia tenemos que organizar polladas para poder comprar todo lo que piden en los hospitales, las polladas no pueden ser la respuesta que encontramos para acceder a la salud”.
Desde el año 2008 el Presidente de la República se comprometió a rendir cuentas a los NNAs del Paraguay. Esto fue una conquista de las organizaciones de NNAs. Es decir que cada año, en agosto, en la Semana por los Derechos del Niño, él debía cumplir con lo que dice la Convención Internacional por los Derechos del Niño: “que tenemos derecho a informarnos, a formarnos un juicio y a opinar sobre los temas que nos afectan. Todos esas cosas que dijimos, ¡nos afectan!”
Si bien existe un compromiso desde el 2008 por parte del Ejecutivo a rendir cuentas a Connats y escuchar a los niños, Horacio Cartes no cumplió con el acuerdo cuando visitó a sus miembros el año pasado. Pero la organización igualmente evaluó los tres años de gestión del mandatario y afirma que no hay transparencia y que los tres poderes del Estado deben dar explicaciones como:
- ¿Cuánto se aumentó el presupuesto a los programas para proteger a los niños y adolescentes, especialmente a los más 700.000 niños y niñas que viven en la pobreza en el Paraguay?
- ¿Cuánto presupuesto se dio a las Consejerías Municipales por los Derechos del Niño, Niña y Adolescente (Codeni) para que puedan proteger a los niños?
- ¿Por qué se le recorta cada año el presupuesto a la Secretaría de la Niñez y Adolescencia?
Los trabajadores organizados cuestionan por qué no se investigó la muerte de Luciano Ortega, un adolescente asesinado en la masacre de Curuguaty. Tampoco pueden entender por qué el Estado forzó a una niña de 10 años a seguir con un embarazo y por qué ninguna institución se hace responsable del caso de Carolina Marín, muerta en mano de sus tutores. "¿Por qué hay más de 47.000 niñas criaditas?, ¿Por qué nadie nos explica por qué ella estaba viviendo en la casa de un militar y una funcionaria del estado, como una criadita y encima siendo maltratada hasta matarla? ¿Por qué pasaron 10 años viviendo así?”, reclaman.
Critican al Estado por no asegurar a las familias de los bañados una vivienda en la zona y rechazan una modificación del Código de la Niñez sin su participación
Ante la inasistencia estatal advierten que seguirán luchando junto a sus familias y organizaciones sociales para el cumplimiento de sus derechos.